Hana; hacia la libertad.

CAPITULO 48 SE IMPONE LA TRADICION

Cuando Hana llego fue la mucama quien le abrió la puerta y al preguntar por Anabel le dijeron que estaba en la terraza llevándole café al guardaespaldas de Ashraf

Mejor así porque no tendría que dar explicaciones porque en su estado de nerviosismo era notorio su afectación y entonces si Anabel preguntaba no sabría que decirle.

¡Cómo pudo Ashraf hacerle aquello a su amiga!-cuestiono mientras subía por la escalera- y todo por el simple hecho de su amiga de querer ayudarla, eso no se hacía, era inhumano, era despiadado, era un acto repudiable.

Ashraf era un hombre controlador, manipulador, posesivo y orgulloso, además como el lo dijo "haría lo que fuere honesto o deshonesto para lograr sus propósitos" y esto solo seguía confirmando su creencia que tan pronto la llevara a Turquía la encerraría en una jaula de oro.

Se desvistió en la soledad de la habitación recordando ahora con rabia las veces que Ashraf la había visto desnudarse en su propia habitación, el invadió su privacidad, su intimidad y lo peor de todo que lo justificaba por considerarse su dueño y para nada se arrepentía.

Ahora fue al baño y dejo que el agua caliente que salía de la ducha relajara su cuerpo, sabiendo que debía tomar otras medidas, porque no podía obligar a Claireth a que siguiera con su divorcio si eso le significaba perder su empleo, así que debía buscar otro abogado, pero con el poder de Ashraf haría lo mismo con cuanto abogado quisiera.

Su primo Víctor era abogado y de un prestigioso bufete pero hasta ahora no había querido involucrarlo, quería dejarlo al margen ya que Ashraf era capaz de cualquier cosa hasta arremeter con su familia, así que esa idea la deshecho.

Salió del baño, se puso su pijama y salió al balcón para sentir la suave brisa de esa fría noche que le calo en los huesos y le hizo tiritar.

Miro al firmamento y vio ese cielo imponente y recordó lo que él le había dicho "está escrito en las estrellas que estamos destinados"

¿Qué es el destino? Se pregunto

Había una firme creencia en sus costumbres que existía el destino, "las almas gemelas tarde o temprano encontraran el camino de regreso a casa" la historia del hilo rojo lo confirma que establece que aunque los enamorados se separen se alejen siempre estarán conectadas y atadas por ese hilo que terminara atrayéndolos uno al otro"

Pero el destino en la cultura occidental es el que cada uno se forja con sus decisiones, porque todo es causa – efecto, acciones determinan consecuencias y Ashraf definitivamente había accionado de la manera incorrecta y eso traía consecuencias, ya ella no podría confiar en él.

Antes de entrar vio a Anabel que conversaba con Mesick y pensó que tal vez estuviera indagando con el empleado de Ashraf sobre su vida y ¿si era cierto? y si Anabel se enamoraba de Ashraf, podría ella soportarlo.

Entro en la habitación y decidió dejar que fuese Morfeo quien se llevara sus dudas, confusiones y su dolor.

Anabel había llevado chocolate caliente a Mesick con la excusa que la noche estaba muy fría pero realmente quería hablar con él para conocerlo más, porque este hombre desde el primer instante que lo vio le hizo sentir mariposas en el estómago y con su cercanía su corazón latía más fuerte de lo usual incluso como nunca lo hizo con Ricky.

-Creo que debería entrar hace frio-sugiere Mesick.

Anabel sonrió emocionada de que él se preocupara por ella pero declino:

- Me quedare un rato, estar contigo me hace sentir segura.

Mesick no pudo evitar tampoco emocionarse por sus palabras, porque esta chica rubia se había colado discretamente en su corazón, es como si estuvieran Destinados, sin embargo se entristeció al pensar que tal vez estaban destinados a conocerse pero no a tener una relación porque sus mundos eran opuestos, sus pensamientos diferentes, además de que ya él estaba comprometido en matrimonio