CAPITULO 16 AHORA SOY YO QUIEN PONE LAS REGLAS

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Ashraf penetra en el tocador

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Ashraf penetra en el tocador

Hana ha retrocedido y su aparente calma le aterra.

La regresa hacia el interior cuando avanza hacia ella que la hace retroceder y con horror ve que cierra la puerta tras de sí.

Queda muda, incapaz de hablar. Abre la boca sin que pueda emitir sonido alguno.

- Te comieron la lengua los ratones -se burla el descaradamente pero sigue siendo cuestionadora su actitud.

Como lo odia, su prepotencia y arrogancia, el que la haga sentir tan impotente.

No ha cambiado sigue siendo el mismo desgraciado que cree que con su dinero y poder puede decidir sobre la vida de los demás.

- Sal de aquí se te olvida que es el tocador de damas- no quería demostrar temor, pero no pudo evitar que su voz sonara temblorosa.

- Mi guardaespaldas vigila afuera, así que no te preocupes

- ¿Tienes guardaespaldas?- pregunto irónica, claro era un hombre muy rico y podía darse esos lujos- pensó con ironía.

- Por supuesto, un hombre de mi posición y status tiene muchos enemigos gratuitos. – acoto con arrogancia.

La atrapo contra la repisa de granito y alargando su mano le acaricio una mejilla haciéndola temblar de temor.

- Hana Caliskan, sabes que has estado en mis sueños durante estos 5 años que han sido una tortura.

Había un tilde ¿dolido? debía estar haciéndose una mala interpretación el solo buscaba venganza.

Lo corroboro cuando su expresión volvió a ser dura y sus ojos despedían furia y sus palabras lo confirmaron.

- Realmente olvidaste tus raíces, ya no usas tu hiyad, tampoco comes nuestra comida turca, ahora te vistes y actúas como una chica Norteamérica-cuestiono y eso le dolió a ella profundamente porque no era cierto.

No era el momento de aclarar eso, que pensara lo que quisiera solo quería huir de allí.

- ¿Qué quieres?- lo enfrento

La sonrisa fría se convierte en una burlona mueca y con prepotencia declara:

- Es obvio a ti, mi esposa

Al oír esto su corazón empezó a latir como loco y su cercanía le afecta a un grado insospechado. Este hombre tiene un poder maquiavélico que logra magnetizarla.

- Yo tengo una vida hecha no puedes pretender obligarme, no te amo y lo sabes

Arquea las cejas y ella sabe que sus palabras lo han enfurecido aún más.

- Amor,- repitió en tono burlón- crees que eso quiero, gracias a ti fui deshonrado, me expusiste al escarnio público, creo que merezco una retribución justa- concluyo con amargura.

Lo único que le quedaba a Hana por hacer era tratar de razonar con aquel hombre, pero sabía de antemano que era una batalla perdida. El solo quería venganza y la iba a obtener al precio que fuera.

- No creo que eso sea tan importante, como dijiste eres un hombre muy rico y poderoso ante los que todos se doblegan

- Todos menos tú, mi esposa- apunto acercándose y ella retrocedió unos pasos

- Eres un hombre atractivo y rico, puedes tener a la mujer que quieras, porque tengo que ser yo, te lo suplico déjame ser feliz en mi nueva vida- continuo en tono suplicante escabulléndose de su cercanía.

- ¿Y con tu novio?- resalto el con furia- acaso no sabes que la bigamia es un delito que se paga con cárcel

Era imposible tratar de razonar y ahora se añadía una nueva acusación. En su religión una mujer adúltera era repudiada incluso en familias más conservadoras de sus tradiciones llegaban a matar a la mujer adúltera.

Sus ojos continúan fijos en los suyos y le aterra su aparente calma y un destello de lujuria cuando ha bajado su mirada a su escote.

- No puedo negar que estas muy hermosa y ese vestido se te ve muy bien, sin duda la vida en Estados Unidos te ha cambiado pero también te ha sentado muy bien y fue una estupidez imperdonable de mi parte pensar que otros hombres no se darían cuenta. ¿Lo puedo culpar a el? El hombre llega a donde la mujer lo permite y tu has preferido guardar el secreto de que no eres una mujer libre- da una zancada y ella retrocede chocando contra la pared.

Como refutar sus acusaciones que tenía mucha cuota de razón, pero ella no pidió ser obligada a un matrimonio que no quería y jamás aceptaría.

- Dame el divorcio, te lo suplico- si la única opción era humillarse, lo haría

Ashraf la acorrala nuevamente y apoyando una mano contra la pared se inclina hasta bajar su cabeza y respirando contra su cuello pregunta:

- Y que me darás tú a cambio, según recuerdo algo quedo pendiente entre los dos.

Ella trago en seco ante el significado que sus palabras tenían. A él le causo placer su expresión atemorizada.

- Volverás a rechazarme como esa noche-le recordó con rencor- tendré que volver a cortar mi muñeca para lavar tu honor- grita ahora con su rabia en aumento-seré expuesto de nuevo al escarnio público, ahora no solo como el esposo abandonado sino también como el hombre cuya esposa le es infiel.

Suelta su rostro como si de pronto su contacto le quemara y repudiara y se aparata de ella. Aspira una bocanada de aire y pasa sus manos por su cabeza tratando de recuperar un poco la compostura que ha perdido. Nunca ninguna persona le había hecho perder los estribos, la razón, la cordura de esta manera, solo ella y sus ojos verdes que eran su obsesión.

- Como sea, no eres tu quien pone las condiciones- amenaza tomando su rostro con la mano derecha donde nota ahora un vendaje, lo que ella no sabía es que se lo había hecho noche atrás cuando en un arrebato de furia al ver aquellas fotos con Vincent choco su puño contra el espejo de su baño y sangro incluso debieron tomarle algunos puntos de sutura

Adoptando de nueva esa actitud fría y despiadada que lo caracteriza puntualiza:

- Ya se me ocurrirá algo, por ahora me quedare un tiempo en Estados Unidos y veré como se van dando las cosas.

Dio la vuelta para irse y ella contuvo la respiración ante tantas emociones experimentadas y tantas cosas dichas por el que debía aun asimilar

Al llegar a la puerta Ashraf se volvió y le dijo en tono dictatorial

- Quiero que le digas a tu novio que esta noche él no te llevara, te iras conmigo, en media hora quiero verte en el estacionamiento

Era una orden que no podía refutar, sin embargo resoplo:

- No puedo

El arqueo las cejas y con la prepotencia que lo caracterizaba informo:

- No lo haces y regreso y le digo a tu novio quien soy realmente yo en tu vida. Tú eliges.

Luego salió dejándola aún más cardiaca.

Hana apoyo la espalda contra la repisa y cierra los ojos por un momento, intentando calmar los latidos de su corazón. No puede volver así a la mesa, esta noche deberá irse con Ashraf y que le dirá a Vincent.

Ashraf ha sabido de ella todo este tiempo y ahora entiende que sus sueños y sus presentimientos propiciados por ese sexto sentido era real, ahora se preguntaba que tanto rencor acumulado tenía el y que estaba dispuesto a hacer para vengar el que su esposa a sus ojos le fuera infiel. No se había acostado con Vincent pero sí pudo verla besándose, incluso hoy antes de entrar al salón ella presintió que él estaba allí y la veía y así podía entender su furia y ese temor crecía aún más.

Hana; hacia la libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora