CAPITULO74 UN ARREBATO DE ESPONTANEIDAD

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Anabel fue dada de alta y llego el momento de dejar atrás toda aquella tragedia y volver a sus casas, sin embargo lo que más deseaba Hana en su corazón era ir con Ashraf, quería atenderlo y cuidarlo y por lo menos por ahora darse otra tregua. El seguía teniendo ese poder sobre ella, el poder de hacer que ella se olvidara por momentos de su pasado, de todo lo que había hecho para mantenerla bajo su dominio, de olvidarse incluso de Meriyan Sariyan.

Ashraf paso por su lado y se obligó a quedarse clavada en el piso para no correr y abrazarlo e irse con él para cuidarlo en su convalecencia.

A su lado Anabel también lucho por el deseo de ir hasta él y agradecerle lo que hizo para salvarla, pero su fidelidad debías seguir siendo para Vincent.

Rosse si lo abrazo y lo dio una indicación sobre cuidarse, tomar sus medicamentos y alimentarse bien, además que no dejaría de llamarlo para verificar que está bien.

Cuando Ashraf se alejó ella fue con Vincent, Rosee y Anabel al auto mientras que Ashraf se iría con Mesick, pero antes debían pasar a la delegación policial a dar su testimonio de los hechos.

Pero cuando lo vio montarse en su auto ella no pudo evitar ir a donde estaba Mesick y antes que llegar al auto le dijo:

—Cuídate Ashraf ¿me lo prometes?

De lejos Rosse veía la escena normal, mientras que Anabel sabiendo la verdad se obligó a no cuestionarlos y prefirió callar y montarse en su auto mientras que Vincent no vio aquello apropiado y poco entendía que pasaba con Hana.

—Te lo prometo- dijo el consciente que aunque lo que más deseaba era besarla.

El la miro sonriente y acepto

—Lo hare.

Al unirse a Vincent, Rosee y Anabel en su auto,

Vincent la intercepto a mitad de camino.

—¿Para que fuiste a hablar con ese tipo?- le pregunto en tono serio Vincent y Anabel le echo mirada suspicaz

—Le agradecí por haber salvado a Anabel- respondió ella

El no pareció muy convencido con su respuesta, frustrado y bajando la guardia le informa:

—Sabes que mi madre me dijo hoy que él es mi hermano, no debería entonces experimentar algún sentimiento fraternal por él, pero no puedo, siento que él tiene motivo oscuros para aparecer de pronto.

Hana suspiro hondo cuando los motivos lo sabía ella pero no era el momento de revelar su verdad.

Vincent le ofreció llevarla a casa junto con Rosse y Anabel y ella acepto prefiriendo ocupar el asiento trasero con Rosse que mantenía abrazada a su hija y lo que si extraño Hana fue ver la cara de felicidad de Anabel.

¿Tenía algo que ver Mesick en esto?

Que ellos pudieran reconciliarse despertaba en ella una esperanza, porque si Mesick por amor decidió acabar su compromiso sin importarle su honor Ashraf si la amaba como se lo había dicho y demostrado haría lo mismo.


Esa noche Hana llamo a Ashraf para saber cómo estaba y su sorpresa fue mayúscula cuando fue una mujer la que respondió.

Sin embargo al darse cuenta que era Elif, la prima de Ashraf pudo respirar tranquila.

—Querida Ashraf se está dando una ducha, está bien, lo estoy cuidando bien, no te preocupes

—Está bien, me quedo más tranquila sabiendo que alguien está con él, adiós Elif y gracias por estar para él.

Tan pronto colgó una inquietud sin entenderlo se apodero de su corazón, debía estar ciertamente tranquila pero no era así.

Hana; hacia la libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora