CAPITULO 70 ABISMO CULTURAL

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Sin pérdida de tiempo Ashraf se dirigió a su suite del hotel para confrontar a su padre.

Lo encontró en la antesala, con su equipaje ya listo para irse.

—Te estaba esperando para despedirme de ti- le informa Endorgan

Pero Ashraf esta tan furioso que no mide sus acciones y enseguida yendo directo al grano le cuestiona:

—Porque insiste en meterse en mi vida. Cree que con unos mensajes lograría separarme de Hana.

Endorgan parpadea sin comprender sus acusaciones pero manteniendo su posición estoica afirma:

—No sé de qué mensajes hablas pero poco me importa, solo te informo que volveré a Turquía pero te esperaba porque solo necesito una respuesta para Metic Sariyan, ¿para cuándo será la boda con Meriyan?.

—No habrá boda, no tomare una segunda esposa- informa categórico.

—Que dices-cuestiona airado Endorgan- asumiste un compromiso y no te lo impuse yo, fue tu elección y ahora dices que ¡no te casaras, deshonraras nuestro apellido, además sabes la implicaciones comerciales que tendrá esto.

Ashraf trata de controlarse, porque jamás en su vida le ha faltado el respeto a su padre y por mas diferencias que haya entre ellos, en su cultura familiar no es honorable faltarle el respeto a sus mayores, además esa situación como el lo dijo el la eligió, no fue su padre que le impuso ese matrimonio y el deberá buscar la solución.

—Todo lo sé, pero iré a Turquía en los próximos días y lo resolveré de la mejor manera-aseguro aferrándose a esa esperanza.

—No hay otra manera-niega Endorgan furioso y preocupado- Metic jamás aceptaras que deshonres a su hija, cumple tu palabra Ashraf eso es lo que hace un hombre de honor.

Tras marcharse Endorgan, Ashraf se dirigió a uno de los ventanales y mirando a través de ellos la gran urbe de Manhattan, otro mundo, otra cultura, pensó en estos abismos culturales que lo separaban irremediablemente del amor de su vida, porque a pesar que Hana era turca también su ascendencia occidental y su forma de concebir la vida, su carácter firme y decidido y su amor propio jamás la llevaría a aceptar compartir a su esposo con otra mujer, así que ahora era el quien debía elegir entre el amor y su orgullo y honor.

Faltar a la palabra lo asumiría de nuevo al escarnio público, seria juzgado y catalogado como un hombre sin honor lo cual le afectaría en lo personal pero también en sus negocios porque eso en su mundo era inconcebible, jamás se podría confiar en un hombre que había faltado a su palabra.

Perder el honor y ganar el amor a eso se reducía todo.

Hana estaba llegando a su apartamento cuando tocaron a su puerta y apareció en el umbral de la puerta la persona que jamás pensó volver en toda su vida

Era Endorgan Rahamm, su suegro, y el hombre que la había forzado a cumplir un compromiso acordado con su padre.

No había cambiado nada, quizás con más canas y un poco más envejecido, pero seguía teniendo la misma mirada dura y cuestionadora.

—Así recibes a tu suegro-soltó el con desdén.

Hana suspiro profundo tratando de calmar sus nervios, porque sin duda este hombre tenía algo que le inspiraba temor, su poder, pero también un extraño presagio vino a su corazón.

—Nunca lo he visto ni lo veré como mi suegro- le replico con valentía.

Endorgan hizo una mueca de disgusto, para nada estaba acostumbrado a que una mujer le hablara de esa forma. Esta muchacha rebelde y altanera sin duda había cavado su propia tumba.

Hana; hacia la libertad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora