Atada al Error ( #1 Jóvenes casaderas)

1

Charlize en multimedia.

Charlize, 6 años de edad:

—Y asi el príncipe derroto a los temibles piratas y rescato a la bella princesa.

—¿Princesa?—Pregunta mi hermanita.

—Si...—Mami jala de su nariz y la suelta.—La hermosa debutante se convirtió en una princesa cuando el príncipe pidió su mano.

Piper se cubre la nariz.

—¿Y son muy malos los piratas, mami?—Pregunto yo.

—¿No prestaste atención a la historia, Charlize?—Piper niega.—Los piratas son los malos, el príncipe es el bueno. Y... mami.. ¿Conseguiré mi príncipe?

—¿Y yo mami?—Me señalo, ella ríe.

Nos besa en la frente a ambas y nos abraza.

—Aun faltan unos años para eso y no lo mencionen ahora frente a su padre, le daría un infarto, pero si...—Me mira a mi y Piper.—Mamá sabe que sus hijas se enamoraran de alguien que sean merecedores de ellas, sea un príncipe valiente o no.

—¿Cómo papi y tu?

—Como papi y yo.

—¿Papi también lucho con un pirata y te salvo, mami?—Pregunto.

—No, pero si tuvo que luchar con muchos pretendientes.—Sonríe. —Podría decir que me robo de los demás.

—¿Cómo el pirata de la historia?

—Papi es el pirata... ¿Pero tú te casaste con el pirata, mami?

Mami ríe.—Papi no es un pirata.

—Pero dijiste que te robo.

—Es una expresión, Charlize.—Me dice mi hermana.

—Ahora mis dos niñas.—Mamá cierra el libro y se levanta, Piper y yo nos quejamos.—Es hora de que vayan a la cama. El cuento termino.

—Una pregunta más mami.—Pido levantando la mano.—¿Por qué los piratas se llevan a las mujeres, mami?

Mami separa los labios y papi ingresa a nuestro cuarto.

—¿Qué hacen despiertas a estas horas?

—Les leia un cuento, mi amor. 

Papi mira el cuento.

—Es mucha fantasía para las niñas.

—Ellas lo saben.

—¿Entonces no existen los piratas?—Pregunto confundida.

Ellos se miran.

—Si existen, tonta.—Me dice Piper.

—Hace muchos años existían muchos de ellos.—Responde papá con una voz que da miedo, me oculto entre las sabanas y Piper esta emocionada.

—Roger, no asustes a las niñas.

—Pero eso era antes, ahora hay menos... y un día desaparecer para siempre.

—¿Lo prometes, papá?—Pregunto con miedo.

—Lo prometo, Charlize.

Actualidad:

Cambio por nuevas las flores del jarrón frente a la pintura de mamá en el salón y levanto la mirada para observarla.