Atada al Error ( #1 Jóvenes casaderas)

30

Dorian:

Piper Ellworth.

No oculto mi sorpresa al mirarla, la desaparecida hermana de mi esposa que ya había dejado atrás y donde vino a parar... tan lejos.

¿Cómo..?

Observo los ojos de la mayor de las Ellworth, quien indica clara confusión y miedo, tal vez más confusión.

Trago saliva y trato de analizar la situación, lo que intenta el comodoro con esto y enseguida me vuelvo hacia el.

—Me sorprende que su palabra no tenga valor, Comodoro.—Me dirijo a Smith cuando el corsario toma del brazo a Piper Ellworth.—¿Los nobles no eran a quienes su guardia marina protegía?

—Esta mujer no es una noble, no como la bella esposa que la acompaña, por supuesto.—Se acerca a la hermana mayor y la toma del mentón.—Una mujer  distinguida que huye y escapa con un hombre en contra de los deseos de su familia ya no es una noble, su virtud y nombre ya han sido manchados, es un insulto para su familia y una deshonra...

Los ojos de Piper Ellworth se llenan de lagrimas.

—La "Señorita" Ellworth ahora no vale más..—Le lanza una mirada.—Que cualquier mujer que encuentras en un burdel.

Suelta una risa que me pone tenso.

—Digamos que tu y ella ahora pertenecen a la misma basura pirata. 

Piper Ellworth intenta soltarse, pero el corsario no se lo permite y sonríe al igual que el comodoro.

—No voy he venido a escuchar como insultas a la hermana de mi esposa. 

Ella suelta un jadeo.—¿Mi hermana? ¿Esta con ella?—Empieza a interrogar.—Por favor... lléveme con ella.

—Si tanto lo desea porque no cumples su deseo, mejor aun... vayamos todos.

Mis puños se cierran. 

—Lo correcto seria llevarla a su hogar.

—¿Ahora piensas como un noble, pirata?

—Pienso en lo justo para la hermana de mi esposa, lo de más me da igual.

—Por supuesto.—Suelta el corsario.—Los piratas siempre piensan solo en si mismos y su conveniencia.

—¿Me recriminas por pensar en otros antes que en mi?—Sonrio. 

—Cuidado como me hablas.

—Ten cuidado tú como te diriges a un pirata..—Contesto y niego con enojo.—Siendo un corsario y te atreves a subestimar a un pirata.

—Porque he tratado con ellos se...

—No has tratado conmigo.

Guarda silencio y me vuelvo hacia el comodoro, quien es el único sensato, por no decir ninguno.

—¿Qué es lo que quieres? Di tus condiciones. 

—Sabes que es lo que quiero.—Aprieta los dientes.—No me mientas.

—¿Estas muy empañado en creer que existe?

—Se que existe.

Sonrio con burla.—¿Un edén pirata?—Pronuncio, que es asi como lo han llamado a nuestro lugar. 

—No me rendiré hasta encontrarlo.

—¿No crees que si existiera ya lo hubieras encontrado?

—No trates de negarlo.

—Deja de imaginar y llega a un acuerdo conmigo.

—Ya sabes lo que quiero y supongo...—Se vuelve hacia Piper Ellworth.—Tu quieres esto...