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Dorian:

El barco desaparece de nuestro alcance, pero Charlize sigue con la mirada en el lugar, la misma mirada que tiene desde que el barco de la marina se detuvo frente al Mastín.

—¡Dorian!—Megan nos interrumpe y me hace una señal a la cabina.

La mirada de Charlize ha seguido la mía y le tomo del mentón obligándola a mirarme.

—Ya no están.

—¿Qué es lo que está pasando, Dorian? —Ella traga saliva y no acaba una pregunta cuando hace otra pasando la mirada por mi cuerpo. —¿Estas bien? Tardaron mucho en la cabina y...

—Mejor que nunca. —Contesto y le cojo del rostro, sus manos se ubican sobre las mías.

Siento la mirada de mi hermana, quien insiste en que me apresure antes de meterse en la cabina.

Mis brazos sostienen a mi mujer y mi boca se presiona contra su frente. Vuelve a abrazarme más tranquila que antes.

—Ya regreso.

La dejo y voy directo a la cabina, cruzo la puerta y sostengo sobre el aire el pañuelo para limpiar que Megan me arroja.

Ella señala mi cuello. —Límpiate aquí. Tienes pintura, hermanito.

Junto las cejas y paso el pañuelo sobre la curvatura de mi cuello, observando cómo se mancha con pintura.

—Supongo que eso fue conveniente para las circunstancias.

—Lo menos que deseo pensar ahora es en el comodoro, Megan.

Mi hermana suspira. —Estamos cerca.

Guardo silencio y ocupo la silla.

—Un poco más y...

—No han cruzado nuestros límites, deja de preocuparte.

—Estoy preocupada de que ella este aquí. —Señala la puerta y al ver mi molestia se detiene. —Decidiste confiar en ella, pero que hay de los demás.

—Soy tu capitán, Megan. No lo vayas a olvidar.

—Mi capitán esta cegado de amor por una noble que no ve los peligros.

Arqueo una ceja, ella niega y sonríe. Megan se dirige a la puerta y antes de salir se vuelve hacia mí.

—Le he dado el beneficio de la duda, pero no me pidas que confié ciegamente porque tú lo haces. —Finaliza. —Al menos alguien aquí debe mantenerse cuerdo y no dejarse llevar por dulce y angelical que aparenta ser una noble, Dorian.

—No es una noble, es mi mujer.

—Definitivamente el amor te ha cegado.—Concluye antes de irse.



Charlize:

Los chicos se llevan la tina de baño vacío luego de sacar el agua de esta mientras Jocelin se acerca a mí.

—¿Desea que le cepille el cabello, lady Charlize?

—S-

Estoy por contestar cuando veo a Dorian en la puerta, lleva el cabello mojado y ropa limpia, un camisón abierto y pantalones oscuros, es raro no verlo con la larga capa cubriendo y que ahora mismo la tiene sobre la mano, pero aun así...

Su atractivo sigue sonrojándome.

Jocelin carraspeo. —Creo que me retirare.

Ella me sonríe guiñando un ojo y desaparece por la puerta, me muerdo los labios y Dorian ingresa a la habitación, deja la capa sobre la silla y me acompaña en la cama.

Atada al Error ( #1 Jóvenes casaderas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora