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Charlize:

La ruta que le di al comodoro cada vez se acorta más y el único problema que aguardo es el tiempo.

El mar se ha mantenido calmado y el verdadero problema pasara cuando las aguas se agiten, y si no tenemos suerte será en una de las noches siguientes. 

Observo al comodoro salir de su cabina y me vuelvo hacia el horizonte.

Dorian habla a mi lado.—El...

—Empieza a impacientarse.—Completo por el y trato de no mirar a ese hombre.

Me acerca a el y deposita un beso en mi frente.



(***)



Dos noches más tarde el mar nos recibe con furia, Dorian se mantiene a mi lado en la habitación que me otorgo el comodoro, aunque tenemos vigilancia afuera de la habitación las 24 horas. 

—Lo estas tomando mejor.—Pronuncia mi esposo mientras me abraza.

Cierro los ojos, acurrucándome sobre su pecho.

—El mar ya no me asusta, tuve otros miedo que enfrentar desde que te fuiste.

Me toma de la mandíbula y me hace mirarlo. Mis labios deben seguir sellados por ahora, pero se lo dire todo cuanto me sea posible. 

El tacto de Dorian se desliza sobre la piel de mis mejillas.—Puedo verlo.

Siento ardor en los ojos y sujeto su mano, dando un apretón.

—Te amo. 

No hay más verdad que es, si bien hay cosas que aun debo guardar, mis sentimientos por el son algo que no voy a callar.

—También te amo.—Acerca sus labios a los míos y me besa.



(***)



—Charlize, esta ruta...—Pronuncia mi esposo mientras observa las olas agitadas y aun hay luz.

Me cruzo de brazos, volviéndome hacia el.—Dijiste que confiabas en mi.

—Claro que si.

Acerco mis labios sobre los suyos y me devuelve el beso, para luego rodearme con los brazos, observo al comodoro hablar con su navegante y su mirada va directo hacia mi. 

Trago saliva, esquivando su mirada. 




(***)


Las aguas la siguiente noche son peores, más agitadas aunque por una extraña razón el cielo luce calmado, no hay más que unas cuantas nubes como lo menciono Belze, pero no como para anunciar una tormenta.

Las cosas sobre la cubierta se caen por el movimiento del barco y en un momento me tropiezo, pero Dorian me sostiene, sujetándome la espalda.

—¿Estas bien?

Asiento.

Me mira a los ojos  con una expresión seria.

—Estoy bien.—Aseguro una vez más y el levanta la mirada hacia el océano. 

Atada al Error ( #1 Jóvenes casaderas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora