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Dorian:

Los dias de la primera semana pasan rápidos y en cada despertar tengo el cuerpo de la menor de las Ellworth debajo de mis brazos.

Acurrucada a mi lado mientras mi brazo yace adormecido, no es una queja y visualizo la belleza de su rostro pasando los nudillos por su espalda, la cabeza la levanta acomodando el mentón a la altura de los pectorales y se mueve más cerca de mi, acabando con el corto espacio que quedaba y dejándome claro que esto es lo que le gusta.

Sentir calor y caricias de una pareja, es tan de una princesa como mi hermana la describe, tan diferente a lo que planeaba tener y aun asi sigo aqui.

Me muevo despacio, aunque este muy aferrada y logro acostar su cuerpo sobre el colchón, las sabanas se resbalan y su desnudez aparece frente a mi, tuve razón en lo que le dije y si me mantengo asi...

Los pasos en la cubierta me despiertan y le cubro con las sabanas antes de salir. 



(***)



—¿No deberías estar vigilando?—Le suelto a mi hermana, a quien encuentro en la cabina jugando con la pluma y sentada sobre mi escritorio, con los pies en la mesa de trabajo.—Baja los pies.

Los hace de golpe como si se les resbalara.

—Vine a darle los buenos dias a mi hermano, pero supongo que estabas bastante ocupado ¿Ya pusiste a trabajar tu plan de descendencia? —Sonríe.—¿Tendré un sobrino pronto?

Camino hacia ella y se aparta de la silla, la que ocupo cuando ella se dirige a la puerta.

—Tocaremos puerto dentro de poco, te necesito de vigía.—Le recuerdo su lugar.

Sonríe antes de irse.—Ahi estaré.



Charlize:

—¿Otra buena noche, lady Charlize?

—¿Preguntaras eso cada mañana?—Le digo a mi doncella mientras me acomodo en la mesa del comedor.

—¿Si lo fue?

No oculto mi sonrisa, pero esta vez hablo bajito ya que todos estan en la mesa.—Lo fue. 

Parto el pan que me pasan y bebo del te que tengo al lado, en la mesa hay trozos del pollo de anoche en una charola, pescado entero en otra, en una canasta  hay pan  y un frasco de miel, el cual comen más los chicos, también lácteos como dos tipos de queso, el que Jocelin parte en dos pedazos, uno para ella y otro para mi, pero antes de dármelo ella lo prueba primero.

Lo huele antes de meterlo a la boca.—Tu queso ya caduco, Demi.

—¡Dámelo!—Cole se inclina tomándolo de la mano de mi doncella.—Aqui nada se desperdicia. 

—Eres asqueroso.

Me rio.

Termino mi taza del desayuno y Uriel me ofrece la jarra con más te, a lo que accedo. 

Jerome carraspea y me doy la vuelta encontrándolo de pie en asiento central de la mesa.

—¡Joder, Jerome! ¡Quiero desayunar!—Se queja Jared, el timonel.

—Silencio.—Levanta su vaso de desayuno y me señala con el.—Tal vez ninguno de ustedes, despistados lo noto, pero nuestra capitana ya cumplió una semana en  "el Mastín del diablo"

Atada al Error ( #1 Jóvenes casaderas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora