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Charlize:

La lluvia moja mis mejillas cuando salimos a la cubierta y mis ojos no encuentran más que violencia a donde quiera que mire, sangre por todas partes y su olor junto a la de la muerte se impregna  en mis fosas nasales,  con más fuerza por lo sensible que estan mis sentidos.

Dorian me guía esquivando a los hombres que se lanzan a atacarnos y me cubre con su cuerpo, tampoco  no me suelta la mano.

—¡Capitán!

Visualizo a los hombres dentro del mismo navío, al menos la mitad de la tripulación del Mastín del diablo estan aqui, todos esparcidos con armas en las manos, pero también veo a la otra mitad en el barco que rodean el que ocupamos.

—¡Hermano!

—¡Capitán Dorian!

Me siento bien con esto y observo como el pecho de mi esposo sube y baja, mientras los ojos recorren a sus hombres.

—¡Armas!—Dorian grita enseguida y es Cole quien le lanzan dos espadas de los enemigos que derroto, las atrapa justo a tiempo y tira de mi cuando van a atacarnos.

Retrocedo y escucho el grito venir hacia mi, mientras Dorian me defiende de un lado, reacciono tomando una de las armas que ocupa y logro detener al tripulante de la marina que busca atacarme, sin embargo mi esposo me lo quita de inmediato y vuelve a tomar mi mano, que un descuido soltó.

—Cuando salgamos de aqui te daré la boda que deseas.

Mi corazón late muy rapido.

—Justo ahora...—Logro sonreír.—Me dices esto...

Vuelven a lanzar un cañón, pero esta vez ambos barcos se dan, caigo al suelo con Dorian cubriéndome y cuando el piso deja de temblar bajo mis manos, me giro viendo como otro tripulante se nos acerca.

—¡Cuidado!

Se lanzan a atacarnos de nuevo, el reacciona muy tarde, pero Cole detiene al hombre.

—¡Cole!—Lo llamo.

—¡Capitán, capitana!.—Pronuncio empujando al hombre y vuelve a levantar la espada.—¡Que dicha que este completo!

Se ríe. 

Dorian se mantiene atento y se pone delante de mi, no tenemos descanso, pese a que derrota a uno más, otros dos vienen hacia nosotros.

—¡¿Es un si?!—Pregunta con voz fuerte mientras le destroza el pecho a un hombre.

—¡Detrás de ti!

Vuelve a devolver el ataque.

—¡Charlize!

—¡Si! ¡Ya no te distraigas!

Lo oigo reir antes de acabar con el siguiente y se vuelve hacia mi, acerca su rostro al mío.

—¡No es momento, capitán!

—Tengo que sacarte de aqui.—Me mira a los ojos.

—Juntos, Dorian.. —Vuelvo a decir.

Jerome se une a nosotros luego de deshacerse de un tripulante.

—Te deje a cargo y te di una orden.—Le dice mi esposo y Jerome responde colocando una mano en su hombro.

—Tienes una esposa a la que no puedes decirle que no.

Dorian sonríe y se vuelve hacia mi, pero su atención acaba cuando oímos la voz del corsario en una dirección.

—¡Hey, capitán!

El corsario tiene una sonrisa maliciosa mientras trae a Megan contra el suelo, apoyando su bota sobre el cuello de ella, Megan rodea la bota con una mano tratando de liberarse mientras la otra intenta sujetar la espada en el suelo a unos metros de ella.

—¡Jerome!

—¡Si, capitán!

Dorian suelta mi mano y me da una mirada rápida antes de dirigirse hacia el corsario, quien lo llama y queda claro para mi que su único deseo es enfrentar a Dorian.

—¡Do...!

—¡Capitana, tiene que avanzar!—Me grita Jerome.—¡No puede quedarse aqui!

Volteo a ver a mi esposo, el corsario aparta la bota del cuello de Megan y se lanza a atacar a mi esposo, mi corazón salta con el corte que le hace desgarrando la ropa, Dorian retrocede y ambas espadas chocan mientras Megan sigue sobre el suelo, tose un par de veces buscando respirar.

Jerome tira de mi alejándome de Dorian, me protege por le largo de la cubierta y enfrenta a cada uno, su piel se llena de cortadas, pero no lo suficientemente grandes para pararlo.

—¡Jerome!

Ya no veo a Dorian, pero guardo la fe de que este bien al ver por última vez como Megan se lograba poner de pie y ambos hermanos se enfrentaban al corsario, también he perdido de vista  a Cole , me vuelvo hacia Jerome y termino arrancando un pedazo de mis ropas para vendarlo, el  me coge del brazo y me obliga a seguir avanzando entre tantos cadáveres que van cayendo. 

La neblina ha bajado y no me detengo hasta que llegamos a la proa, aun con la neblina logro ver el barco que nos espera para huir, el cual sigue atacando el cuerpo del barco enemigo en el que estamos.

 Jerome deja la espada para sujetar una cuerda.—Sujete esto.—Me pide, no tardo en darme cuenta que la cuerda viene desde el otro barco.—Se que no quiere dejar al capitán, pero ahora...

No logra terminar la frase cuando otro cañón choca contra el barco, nos agachamos y vuelve a ayudarme a levantarme.

—Por favor, capitana.

Trago saliva.

—Entierren este barco.

—A la orden, capita...

La espada saliendo de su cuerpo es lo primero que veo y se que nada será lo mismo despues de esto.




Atada al Error ( #1 Jóvenes casaderas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora