Capítulo 17

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Ya había pasado unas semanas desde que Julia y Lucio habían acordado dejarse ver juntos y alimentar la imaginación de sus compañeros. Todas las mañanas, Julia pasaba a buscarlo en su auto y llegaban juntos al hospital. A media mañana, él aparecía en su consultorio con un café y algo dulce para acompañar. Charlaban no más de diez minutos y continuaban su rutina hasta el mediodía cuando juntos, muchas veces tomados de la mano, llegaban al comedor donde almorzaban con Mariana, Laura y algunas veces, con los residentes. En algunas ocasiones, cuando terminaba el día, Lucio le pasaba el brazo por los hombros y le hablaba al oído haciéndola reír mientras cruzaban el vestíbulo para abandonar el hospital. Todo parecía ir viento en popa

Lo que no sabían, era que los rumores terminarían saliendo del trabajo. Por eso, la tarde que Ana apareció en la casa de Nur con las viandas que le había preparado para la semana, a Julia la sorprendió que la llamara a la cocina y la increpara de la manera en que lo hizo.

―Pensé que habíamos quedado que nos contaríamos todo ―dijo Ana.

―Y nos contamos todo, mami.

―Me enteré de que estas saliendo con alguien ¿es cierto?

―Ma, perdón ―no sabía qué decir, si lo negaba, su madre creería que no confiaba en ella y lo arruinaría todo al igual que lo había hecho tiempo atrás. Si lo confirmaba, corría el riesgo de que a Lucio no le gustara nada. No podía desilusionar a su mamá nuevamente. Ya se disculparía con Lucio―. Hace unas semanas comenzamos a salir, pero recién nos estamos conociendo.

―¿Y dónde los conociste?

―En el hospital, es dermatólogo.

―Nena, no aprendes más ¿no te bastó con un médico que sigues insistiendo?

―Mamá, no todos los médicos son iguales.

―Ya veremos. Me imagino que lo invitarás el viernes a cenar ―se refería a la cena que estaba organizando para celebrar el cumpleaños de su hija.

―No lo sé. Tal vez tenga algún plan ―se arrepintió de lo que dijo y lo corrigió enseguida― o emergencia ―y supo que lo había empeorado.

―Si no viene, te suplico que no te empeñes con esa relación.

En la sala, todos estaban al tanto de lo que ocurría en la cocina y sabían cómo actuar. No era la primera vez que Ana "aconsejaba" en tono de orden a Julia en presencia de los demás. Por lo que Nur, Diego, Santiago y Josefina se fueron al estudio a jugar con la consola de sonido. Valentina, sentada en el sofá, se colocó los auriculares y comenzó a escuchar música mientras subía fotos de sus amigos a Instagram. Vicente que había estado fumando en el patio, entró y se sentó junto a ella demasiado cerca con la excusa de supervisar las fotos que publicaba.

―¿Qué escuchas? ―preguntó mientras le quitaba uno de los auriculares y lo acercaba a su propia oreja. Rio mientras con la mirada recorría el perfil de Valentina―. No sé por qué no me sorprende que sea Bon Jovi.

―¿Te gusta? ―preguntó mirándolo por fin mientras escuchaban "Have a nice day"

―Me gusta ―afirmó con una sonrisa y comenzó a cantar― "When the world gets in my face I say" ―pronunciando un inglés paupérrimo y haciéndola reír.

―"Have a nice day, Have a nice day." ―cantaron juntos bailoteando en el sofá.

Josefina apareció en la sala, se acercó a ellos y con los brazos cruzados sobre el pecho los quedó mirando mientras una sonrisa le curvaba los labios.

―Vamos, Vicente ―lo tomó de la mano y lo obligó a ponerse de pie― deja ya a la niña que siga con lo suyo. Nur está grabando a Diego y no imaginas lo bien que suena.

Por favor, déjame enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora