Capítulo 33

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El día que Karim llegó a la ciudad y por fin pudo ver a su amigo eran cerca de las cinco de la tarde. Lo vio cabizbajo, triste, las ojeras le consumían la mirada y hasta parecía demacrado. Le dolía verlo así.

―Hay algo que no te he contado ―dijo Lucio al día siguiente, ya que necesitaba sincerarse con alguien―. Con Julia recién estábamos comenzando una relación.

―¿Qué? Yo creí que hacía meses estaban juntos.

―Sí, eso fue lo que dijimos, pero no fue hasta el cumpleaños de mi padre que comenzamos a salir, lo de los meses anteriores fue todo mentira.

―¿Por qué hiciste algo así?

―Porque la amo. Sabes que desde el primer día que la vi sentí algo por ella, y cuando la vi aquí, terminé por enamorarme.

―Eso no es motivo suficiente para mentir. ¿Cómo lograste convencerla de mentir contigo?

―Mauricio la estaba acosando y le pregunté si quería ser mi novia. Ella me dijo que no, entonces le dije que lo fingiéramos. Al principio se negó y hasta estuvimos unos días casi sin vernos. Luego ocurrió que Mauricio se pasó de la raya, yo me enteré, le choqué el auto...

―¿Qué hiciste qué? ―lo interrumpió porque no podía creer lo que su amigo acababa de contarle.

―Suena horrible cuando lo digo en voz alta.

―Sí, suena horrible hasta susurrado.

―Es que parece normal actuar así. No justifico que lo sea, pero no se ve tan mal cuando digo a quién le choqué el auto.

―Lo sé.

―Y bueno, ahí comenzó todo. Primero solo nos dejábamos ver hasta que un día la subí al escritorio de mi consultorio, otro día la besé, la seguí besando y cuando viajamos a Buenos Aires ella me dijo que me amaba, no hacía falta que yo dijera nada, se nota a leguas que estoy loco por ella.

―Esto no suena nada bien. ―Vio a su amigo asentir con la cabeza―. No quiere decir que Julia sea mala o no te quiera. Creo que hace mucho tiempo ella está en este círculo enfermo y actúa en relación.

―Crees que sienta algo por mí.

―Creo que tenemos que irnos de aquí. Pide vacaciones y volvamos a casa unos días.

―No la quiero dejar.

―Ella ya te dejó.

―Pero siento que, si la dejo, la estaré abandonando a su suerte.

―No abandonas a nadie, ella tiene a su madre, su primo, sus amigos. Nadie permitirá que le ocurra nada.

―Está asustada, no sé qué le ocurre, pero no pienso que le vaya a pedir ayuda a alguien de su familia o a sus amigos. Karim, el tipo este está enfermo. Hoy me envió un mensaje para decirme que me alejara de Julia. Que ella lo ama y que quieren rehacer su vida juntos.

―Si ella está asustada como tú dices, supongo que no querrá rehacer su vida con él.

―Como no le respondí nada, el loquito me volvió a escribir y me dijo que, si no le creía, que fuera el domingo a las nueve a la puerta de su casa. Que, si me animaba, viera con mis propios ojos a Julia entrando a su departamento.

―No vas a ir, ¿verdad?

―Es que no tengo opciones. Me estoy volviendo loco y la única manera de sacarme a esta mujer de la cabeza es viéndola llegar a la casa de su ex. Necesito saber qué mierda está pasando.

―Deja que yo vaya, no te expongas. No sabemos de qué es capaz este hombre.

―De nada, todos los que lo conocen dicen que nunca participó en una pelea, que es muy buena gente y cosas así.

Por favor, déjame enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora