¿Amar Vale La Pena?

Capítulo 38

Emma

Me despierta el ruido del celular. Es una llamada ¿Quién se atreve a molestar mis horas de sueño?

Me siento a la orilla de la cama, bostezo, y contesto.

—Que sea importante o me pego un tiro —es madrugada, las tres de la mañana.

Solo la llorona sale a estas horas, de seguro está en su turno mexicano o en Guatemala, solo ella sabrá su horario de trabajo.

—¡Emmaaa! —Un estrepitoso grito me revienta el tímpano.

—¡ME VOY A CASAR, CON EL AMOR DE MI VIDA! —grita emocionada— ¡Ven ahora mismo al departamento! ¡Te necesito!

Cuelga.

Si muchachos, me colgó una loca, que quiere que salga a las tres de la mañana.

Pero para mi lastima o fortuna es mi mejor amiga. Meto mis pies en las pantuflas, me pongo la bata azul cielo.

Salgo a las tres de la  mañana, por una güera loca. No hay taxis o yo no miro ninguno por el sueño.

Camino por las calles oscuras y solas, que en mi sano juicio me daría tantito miedo. Pero tengo más sueño que ganas de vivir.

Si me asaltan que me maten y descanso tranquila. Si se me aparece el chamuco, le saco la madre porque no tengo tiempo para atenderlo.

Que venga mañana.

Después de casi media hora de camino, llego. Clara no tarda en salir se me lanza encima y caemos las dos al piso.

Que rico, ya me quiero dormir.

—¡Mira! —me pone el anillo que ya vi en la cara— ¡Esta hermoso! ¡Es perfecto!

Tomo su mano detallando, finjo sorpresa.

—¡Esta precioso, Clara! —formo una O, con la boca—¡Te vas a casar!

Un chillido de emoción de parte de las dos llena los solitarios pasillos.

—Quiero llorar te lo juro —se recuesta en mi pecho.

—Mientras sea por felicidad, no hay problema —siento como mi pijama se va humedeciendo por sus lagrima, le hago piojillo.

—¿Por qué están gritando a esta hora? —sale una anciana, la vecina de Jade.

—Mi amiga se va a casar —respondo simple con Clara, encima mío.

—A mí que, cállense —exige.

—¡Cállese señora! —muevo mi mano para que se vaya.

Una cara de desprecio es lo que me gano. Me vale madre, me importa mi amiga nada más.

—Oye Clara, no es por interrumpir tu momento, pero el piso está helado —me remuevo.

—Me voy a casar Emma —se levanta— Y con Jade.

—Te lo mereces, güera —la abrazo.

—Me caso con mi Jade —dice casi incrédula— Fue en una cena romántica, reservo todo el restaurante.

Entramos al departamento, vamos a la cocina por algo de comer, algo tengo que ganar por despertarme a esta hora.

Chisme y comida, lo mejor de la vida.

—El mesero llevo el anillo en la charola y estaba mi postre favorito —sirvo la leche y me pasa la oreo— ¡Y allí estaba el anillo! Me morí y reviví al mismo tiempo.

Esta llorando mientras se come la galleta.

—¿Sabes que fue lo que me dijo, cuando me propuso matrimonio? —solloza.