Emma
(Actualidad)
Despierto en una camilla de hospital. Lo último que recuerdo es que estaba con Paul.
La luz me enceguece, intento levantar el brazo lo dejo a medio camino. Me canalizaron, el suero ya se está acabando.
—Señorita, buenas tardes —entra la enfermera—. Recuéstese, necesita mantener reposo.
—¿Cuál fue mi diagnóstico? —cuestiono desorientada.
—Su presión arterial cayó en picada —retira la aguja— eso fue lo que causó el desmayo, se sometió a una situación de mucho estrés. Necesita relajarse, tomar un descanso.
Eterno, tal vez.
—¿En qué hospital estoy?
—Hospital Newman.
—¿Qué? —este hospital es privado, me costará un ojo de la cara.
—Sus familiares están en la sala de espera, su suegro se encargó de la cuenta, hay una chica rubia que está loca.
—¿Suegro? —indago.
—Asi se presentó el señor Beckham, que suerte tienes eh...
¿No estaré loca? , ¿O muerta?
No.
—¿En qué año vivimos? —frunce el ceño confusa por mi pregunta.
—2026... ¿Se encuentra desorientada, señorita?
—¿Segura que se presentó como suegro? —el viejito me odia, le daría pena presentarse como la enfermera comenta.
—Muy segura.
—¿Te sientes mejor? —entra el señor Beckham.
Lo estudio, me ama y lo niega.
—Sí, gracias suegrito —me le burlo en la cara.
—Ya vas a empezar —sacude su melena y ese acto me recuerda a su hijo—. Mejor cállate. Enfermera, ¿Ya podemos irnos?
—El médico vendrá a hacerle un chequeo, si se encuentra en mejor estado, firmara el alta.
—Que se de prisa —ordena. La enfermera sale veloz.
—¿Dónde...?
—Esta en la casa, esperando a que te lleve de vuelta. Está jodiendo a cada nada por tu culpa. Será mejor que no te mueras —aclara. Murmura algo entre dientes que no logro comprender.
—Vamonos, ya —me detiene al ponerme de pie.
—¿Eres sorda o qué?, chequeo niña.
—Quiero ver a Paul —declaro.
—Te jodes —su tono de voz no permite refutar.
Me siento con los brazos cruzados.
—Aunque te enojes, no me importa —se va al sofá frente a la camilla.
Lee una revista, con su pierna derecha apoyada en la izquierda. Le pongo mala cara, voltea a verme de reojo y se encoje de hombros.
Entra el médico haciendo chequeo de rutina. Me da el alta, y una serie de instrucciones para "mejorar mi estado".
Se me ocurre decir, "borreme la memoria y mi estado mejorará", y contesta, "si su problema es psicológico, contraté un profesional".
Páguelo usted, quería contestar, pero la mirada de advertencia del viejito me detuvo. Lo caro que sale un psicólogo, se gasta menos en mi funeral.
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¿Amar Vale La Pena?
RomanceLa vida de Paul, cambio drásticamente después de su lamentable accidente, que para su infortunio lo dejo en una silla de ruedas. No le ve más ningún sentido a la vida. Emma, que a pesar de sus conflictos y problemas personales no da marcha atrás. Ll...