Capítulo 46

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Emma

—Emma, despierta —me remuevo en la cama al escuchar a Paul.

—Mm —me le subo encima para sentirlo cerca.

—¿Qué pasa, bonita? —Sus dedos recorren mi espina dorsal.

Mi hermana me odia y es mi culpa. La dejé sola y arruine su vida.

—Te extrañe mucho —altero la verdad.

—Sí, por eso respondiste todas mis llamadas —dice con tono sarcástico.

—Estaba ocupada —me excuso.

—¿Dime que tienes?

—Nada —me escondo en su cuello.

—Ahora, Emma —exige.

No quiero atormentarlo con mis problemas, él ya tiene los suyos.
Esto lo resuelvo yo sola.

—No pasa nada, estoy resfriada nada mas —aspiro su aroma varonil.

—Entonces no comes panqueques —sisea— por mentirosa.

—No soy mentirosa —ya llevo dos días sin comer panqueques— quiero mis panqueques, amor.

—Dime que te paso —pone como condición.

—Discutí con mi madre, porque se pone loca con sus platos, quebré una loza —invento.

—Dime la verdad —me bajo de él.

—Eres un pesado —no deja que me levanté.

—¿No confías en mí? —su expresión es insegura.

—Confío en tu más que en nadie.

La sutileza de mis palabras calma su inquietud.

—Quiero saber qué te pasa para ayudarte —se sienta.

—No quiero hablar ahora —arreglo mi cabello— me siento mal, ¿Puede ser después?

Asiente, dándome mi espacio.
Nota que es algo muy malo, por lo menos para mi. Mi ánimo está decaído, Clara llamo para preguntar cómo estaba. La tranquilicé diciéndole que estaba mejor, pero el pesar nadie me lo quita.

«Tengo miedo», no quiero que Amelie me odie.

Paul no dice nada en toda la mañana, de vez en cuando pregunta que tal me siento. Voltea a verme cada cinco minutos vigilando como estoy.

Hacemos los ejercicios las rutinas son más extensas por los ejercicios que agregué, consejos de unos colegas. Cada que puede me roba un beso sacándome una sonrisa.

No he leído nada, y había empezado un libro nuevo. Pienso en algo que pueda hacer para enmendar mi error. Mi mente está en blanco, no logro concentrarme.

Siento la vista pesada, me recuesto en el sofá, cerrando los ojos. Me invaden las ganas de llorar, las reprimo no voy a preocupar a Paul.

Respiro profundo intentando calmarme, muerdo el interior de mi mejilla para controlarme.
Mi teléfono suena con un mensaje, quizás sea Amelie.

Reviso y es de Paul.

¿Cómo se dice electricista en japonés?

Volteo a verlo confundida, me hace seña para que conteste.

¿Cómo? —respondo.

Yo quito foquito.

Medio sonrio.

Fui a la gasolinera con Sharon.

Sigue.

¿Qué Sharon?

¿Amar Vale La Pena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora