¿Amar Vale La Pena?

Capítulo 49

Emma

Sigo insistiendo para que me contesten. Estoy a punto de colgar, pero la voz de mamá me detiene.

—Hola, mamá —saludo con alegría.

—Hola —responde cortante.

—¿Cómo están?

—Bien.

—¿Cómo está mi hermana? —necesito saber si ya mejoro es su primer amor, ese siempre es duro. Tengo que apoyarla.

—¿Ahora sí te interesa? —reclama— llevas días sin llamar, nos dejaste y no te importa.

—Llevo días llamándolas, nadie me contesta —intento defenderme.

—No tienes porqué mentir, estamos bien, no necesitamos nada.

—¿Ya cambio de opinión? —estoy esperanzada de que Amelie me de una oportunidad.

—No, se la pasa llorando todo el día encerrada en su cuarto —espeta.

—Puedes pasármela, quiero hablar con ella —pido.

—Ella no quiere hacerlo —me la niega—. Está mal, no necesita nada más que a su madre.

Le daré su tiempo, no tengo porqué presionarla. Llegará el día que me vuelva a hablar. Que deje de odiarme.

—¿Tú cómo te sientes? —pregunto.

—Como quieres que me sienta, tengo una hija deprimida y otra lejos. Estoy sola.

—No digas eso, voy a llamarte diario. Ya pronto buscaré un departamento para que vengas conmigo.

—Mejor vente tú, no tienes porque estar allá donde está él, no quiero.

—No lo he encontrado —explico.

—No me interesa —corta el tema.

—Tengo que contarte algo mamá —quiero que sepa que me enamoré, tiene que saber sobre Paul.

—¿Qué?

—Tengo pareja —olvido por un momento el tema de Amelie.

—¿Desde cuándo? —se interesa.

Se siente bien que me escuche, hace mucho no hablo así con mi madre.

—Lo conozco hace tiempo, pero de relación solo....

—Mamá —interrumpe la voz de Amelie.

—¿Qué pasa? —le contesta.

—Ya estás hablando con ella —reprocha— Despues de lo que hizo.

—Te recuerdo es mi hija —le dice.

—Cuelga —exige.

Pero porque me detesta, yo nunca le hice daño. He vivido por ella.

—Estoy hablando con ella —dice mamá—, déjame y luego voy contigo.

—¡No, arruino mi vida! —grita, escucho pasos.

—Te dejo Emma, luego te hablo.

Me cuelga.

No termine de contarle de Paul.

—¿Qué paso? —Pregunta Paul confuso.

—Me colgó —respondo.

—Se darán cuenta que están cometiendo un error —intenta animarme—, ya no te preocupes por ellas, enfócate en ti.

—Ya no se que hacer Paul —esta situación me tiene preocupada. Ellas son lo único que tengo.

No quiero que me abandonen.