Capítulo 33

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Paul

Mía y Harry entran con todo lo que usaremos para esta noche.

-Ya llegamos -dice Harry, viene vestido con ropa casual.

-Estoy tan emocionada -Mía deja a un lado lo que traen-. Mi hermanito está enamorado.

-Cállate, mejor ayuda -la corto.

Thomas va a sentarse a la mesa. El haragán no hace nada solo mira como nosotros trabajamos.

-Ya estoy aquí, quiero saber todo -Noah entra agitado.

¿Pero que mierda?

-¿Por qué están todos aquí? -pregunto molesto.

-¡Es la noticia del siglo! -Mía tira pétalos sobre la mesa.

-Ordénalos mejor -le dice Thomas.

-Harry, ¿Dónde están los chocolates? -no los veo por ningún lado.

-Los dejé en el coche -contesta-, suegrito, vaya a traerlos.

-Tú no me das órdenes de nada, vagabundo -le enseña el dedo medio.

-¡Papá! -espeta Mía.

-Que se calle entonces -se cruza de brazos.

-Yo voy -se ofrece Noah.

Mis dedos cosquillean por lo nervios.

No sé que canción le pueda gustar. Quiero que cada que la escuché piense en mí. No quiero salir de su mente.

Harry coloca las luces que adornarán cuando Emma entre.

-Estan torcidas -digo cuando veo que las está poniendo mal.

-Dime cómo -las coloca de distintas maneras.

-No me gusta -comento.

-¿Entonces cómo? -pregunta agotado.

-Ponlas en forma de pequeños arcos -sugiero.

Resopla cansado, pero lo hace.

Mía corta y pega corazones por toda la habitación.

-Coloca unos ahí -señalo donde-. Otros allá, haz unos más grandes para que Harry los ponga cerca de las luces.

-Ayúdame a hacerlo, tienes mejor mano que yo -se queja.

-Soy la mente, aporto con mi inteligencia, si te ayudo no supervisaré si hacen las cosas bien -contesto-. Thomas, deja de vernos la cara y haz algo.

-Yo que, Emma ni me agrada -se excusa-. Que los haga Noah.

-Estoy ayudando a Harry -esta haciendo la conexión.

-Dame eso -empiezo a hacerlos y me siento ridículo con mi padre enfrente riéndose de mí.

-Quien lo diría, de hacer planos a hacer corazones -suelta.

-Cállate -termino hago quince para que llenen el largo de las luces.

-Noah, pégalos -se los doy y le digo dónde pegar cada uno de ellos.

-Señor aquí esta su pedido -llega Milene con las hamburguesas, papas y panqueques que pedí.

-Trae platos -ordeno-. Mía, ordena la mesa.

-¿Por qué tú no haces nada?-señala.

-Porque soy el cerebro de la operación -repito.

Detallo todo, me quedo bien. Sin la ayuda del haragán de Thomas, que solo crítica.

Veo a Noah y Harry frente a mi cama riendo como estúpidos.

¿Amar Vale La Pena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora