Capítulo 44

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Emma

Me extiende la mano y no se la recibo. Le doy un puñetazo que le voltea la cara, le pateo las bolas por imbécil.

Me siento tan bien.

—¡¿Qué haces, Emma?! —Amelie se altera.

—Por ser un poco hombre, por darle droga a mi hermana, agradece que no te castro —Amelie lo auxilia— Te lo advertí desde un principio, perro maldito.

Se dobla de dolor, lo deje estéril por la patada en las bolas.

—Creía que querías ayudarme —reclama Amelie.

Me acerco al chico, tomándolo del mentón.

—Estas drogado —Mi hermana me empuja, apartándome— Te pedí que la cuidaras, no que la metieras en tus mierdas.

—Fue un error, estaba muy drogado —dice en un quejido— no lo volví hacer, trato de dejarlo, pero es dificil.

—Emma, vete —pide Amelie, molesta.

—Por eso la dejas beber —alego.

—Yo no la obligo —que puto descaro.

—Esa es tu asquerosa forma de querer.

—La quiero aunque no me creas —se recupera.

—¿La quieres ver hundida en tu mierda? —sus ojos están rojizos por la droga.

—No, pero...

—Emma, déjalo —exige Amelie.

—Vamonos, está drogado —le digo.

—Me quedó —se para firme.

—Nos vamos, no voy a hablar con este estúpido drogado —hablo— mañana temprano te quiero frente a la casa, espero no verte drogado.

—No me voy a ir —se agarra del brazo de Benjamín.

—Solo fue un porro —dice Benjamín— Estoy bien.

—No voy a dejarte a mi hermana, drogado —declaro— Ya dije lo que quiero y lo vas a hacer.

—Me voy a quedar con él —repite.

—Amelie, vámonos —hablo calmada— lo verás mañana, ahora no.

—No lo he visto en dias —reclama— quiero quedarme con él.

—Ahora, no —intento convencerla.

—Me quedo —intentan irse.

—Lo verás mañana —la tomo del brazo— esta drogado, no voy a dejarte con él.

No lo conozco, no sé sus mañas, ni cómo se comporta, no quiero que le haga daño.

—Por favor, Amelie —ruego— Regresemos a casa, podemos solucionarlo, mamá está mal.

Quiero pasar tiempo con ella, me regreso mañana en la noche para estar lunes en la madrugada. No tengo mucho tiempo, quiero pasar lo poco que tengo con ellas.

—No, hablo contigo diario, me aburres —confiesa seria— te pedí que me ayudarás y solo lo arruinas más.

—Amelie...

—Mejor vete, solo vienes a echar todo a perder —me aborrecen con la mirada.

Se van dejándome sola en medio del parque. No quiero insistir más, veo como se va con el chico. Mi hermana se esta haciendo daño y no se da cuenta.

No quiero que le pase nada.

Regreso a la casa, no puedo evitar llorar en el camino. Lo disimulo limpiando las lagrimas.

¿Amar Vale La Pena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora