Capítulo 3

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Emma

—Ponte esto se te verá bien, es un poco más tu estilo —me dice Clara.
Me enseña un pantalón en un tono celeste opaco, que se amarra a la cintura con un listón que queda en moño y una blusa de tirantes con escote en uve.
Estamos escogiendo la ropa que  voy a usar en la entrevista. Y Clara siempre es mi asesora, yo no tengo buen gusto si de ropa se trata. Me coloco lo primero que encuentro y hoy quiero dar una buena impresión.

—Se me va a marcar la longa, no tengo tu vientre plano Clara —digo quejándome, no soy gorda pero tampoco delgada, si me siento, se me nota una longita, mínima, pero se nota y me da pena.

—Como se nota que no te has visto en un espejo, que problemas tienes para no tener una autoestima por los cielos —me dice Clara— toda mujer americana quisiera tener ese cuerpo, tienes de que presumir, eres de curvas marcadas. Valorate un poquito —dice con disgusto.
Clara dice que quisiera tener las tallas que tengo. Pero no es porque yo haga algo para estar así. Herede el cuerpo de mi madre, ella si tiene curvas para presumir.
—Prueba estos tacones — me pasa unos tacones color beige.

Me coloco todo lo que Clara me mostró.

—Dejame retocarte el maquillaje —dice Clara acercándose
Luego que Clara termina con el maquillaje simple, no me gusta exagerar.
Camino al espejo y no me veo nada mal. Muy bien diría yo.
—Ya estás lista ahora vete, porque llegarás tarde —dice Clara casi echándome.

—Dame la bendición —la molesto.
—En nombre del padre del hijo y del espíritu Santo— me dice haciendo amanes raros con la mano. No son los que hace mi mamá.

—No se que hiciste, pero es mejor que nada —le digo, mientras camino a la salida— le voy a decir a mamá que te enseñe como hacerlo ahora que ella no está.

—No, si se lo dices me enseñará a rezar todo el rosario, y a mí nunca se me queda —Mama prácticamente nos obligó a aprendernos todo el rosario, me lo se de memoria al derecho y al revés.

Me despido de Clara, Jade está trabajando mi muchacho es veterinario. Trabaja en una clínica, atiende a todos los perros mal heridos les brinda cuidados.

Cierro la puerta, y entro al elevador, llegó al vestíbulo y salgo del edificio.
Paro un taxi para llegar temprano. Voy a conseguir ese trabajo, lo aseguro.

                         ***

Bajo del taxi, entro al edificio pasando por el vestíbulo. Subo al elevador, para llegar al departamento.
Entro y está Clara esperando en las sala lleva ropa formal de seguro acaba de llegar.

—¿Como te fue? ¿Lograste quedarte? —me invade con preguntas.

Suspiró.
—¡Me quedé con ese maldito trabajo! —grito dando brincos de emoción.

Estoy tan feliz.
—Soy la nueva enfermera del hospital estatal de Queens —Clara me acompaña con los gritos y salto de emoción, parecemos locas. Pero esto es muy bueno tengo trabajo.

—Yo también tengo buenas noticias —me cuenta Clara.

—Cuentame —le digo.

—Ya tengo trabajo —dice pero no veo que se emocione— soy asistente del director de publicidad, en una agencia de viajes que está empezando, no es muy conocida, no pagan bien. Pero me sirve por el momento. Puedo tomar experiencia —dice con desánimo, sé que esto no es lo que ella esperaba al llegar aquí. Merece un puesto mejor del que tiene.
Lo hace por necesidad.

—Ya verás que encontrarás algo mejor —digo para motivarla, me acerco a donde esta— miralo como algo temporal, eres buena en lo que haces y conseguirás un trabajo a tu nivel.

¿Amar Vale La Pena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora