Capítulo 43

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Emma

—¿Pensé que lo decías de broma? —reclama Paul.

—No, dije una semana una semana será —declaro firme.

—Si ya no me quieres dímelo —se da la vuelta muy digno.

—Ya no te quiero —reprimo la risa cuando se voltea ofendido.

—¿Segura? —cuestiona.

Asiento.

—No me importa —vocaliza—. Lo que yo siento por ti es suficiente.

—Que romántico —suspiro.

—Solo contigo, bonita —intenta besarme, pero lo evado volteando la cara lejos de el.

Resopla molesto, no dice nada. Sabe que lo voy a hacer por los próximos días. Aunque le fastidie será su castigo, no quiero restos de esa piruja en mi boca.

—Hola, ¿Cómo estás? —pregunto a mi hermana.

—Triste —la oigo decaída.

—¿Por qué?

—Mamá, me tiene en cautiverio, no me deja salir desde que se enteró de mi relación, ahora estoy en mi habitación —se queja.

—No puedo hacer nada, pequeña —me lamentó— Desde aquí no hay mucho que yo pueda hacer.

—Lo sé, solo puedo hablar con él, de vez en cuando en el colegio porque mamá le advirtió a los profesores.

Esto es mucho hasta para ella , sus exageraciones espero no sea pronto las pagara algún día. Paul, voltea a verme preguntando con la mirada. Chismoso.

—Intentare hablar con ella, no puede seguir así —intento buscar una solución— Talvez la haga cambiar de opinión.

Lo dudo mucho.

—Gracias, te hablo después —se despide y cuelga.

No debí haber llamado, ahora tengo una preocupación más.

—¿Qué pasa? —se acerca Paul.

—Amelie y mamá —digo hastiada.

—¿Les paso algo? —me recuesta en su pecho.

—No, están peleando por el novio de mi hermana —explico.

—¿Cuantos años tiene tu hermana?

—Va a cumplir dieciocho.

—¿Y de que te preocupas? Ya está grande para solucionar sus problemas.

No comprende, Amelie y mi madre es lo único que tengo. Tengo que ayudarlas siempre que me necesiten. Es lo que siento, siempre han sido mi responsabilidad, no puedo desligarme de ellas ahora ni nunca.

—Es mi hermana pequeña.

—¿Es grave? —besa mi coronilla.

—Supongo, mi madre no ha llamado hace dos días, Amelie dice que no quiere hablar conmigo, pero si están peleando de seguro es ella quien no le quiere decir, a mi madre le cuestan mucho los celulares.

Y no puedo ir, necesito trabajar si no lo hago yo, como se mantendrán ellas.

—¿Hace cuánto no ves a tu familia? —pregunta.

—Ya casi un año —suelto.

Asiente sin comentar nada.

Me he dado cuenta que el método de distracción de Paul, es la música y perderse en un punto fijo.

Pero ahora, ya no es la ventana. Estoy leyendo y siento su mirada encima de mi. Cierra los ojos y vuelve a observarme, así sucesivamente. Me da miedo, porque una micro sonrisa dibuja su rostro cuando cierra los ojos.

¿Amar Vale La Pena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora