Capítulo 7

23 0 0
                                    

Emma

Freno mis pies, por inercia el señor Beckham también lo hace.

—Señor Beckham, el trato se acabó —le hago saber—, me tengo que ir.

Intento pasar por su lado pero no me lo permite.

—Ya hice la transferencia para el tratamiento del señor Harper —comenta—, de aquí no te vas.

—Señor Beckham, enserio no puedo. Yo voy a encontrar la manera de pagarle —trato de dar una solución para no entrar a la habitación.

—¿Por qué? —pregunta.

—No entenderá mi motivo —respondo.

—Ni me interesa, empiezas ahora. Ve y haz tu trabajo, la enfermera que está ahí te hará saber lo que tienes que hacer —ordena.

—De acuerdo —no tengo otra opción, soy un mujer de palabra.

Me acerco a la puerta, pero no la abro. Tengo que prepararme mentalmente.

—Señorita, voy a llevar sus maletas a su habitación —se despide Milene.

—De acuerdo —me limito a decir.

Tomo aire, inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. No me relajo pero es suficiente para tomar valor. Abro la puerta y veo al papucho en la cama. Y la enfermera intentando hacer unos ejercicios para ayudarlo a mover las piernas.

—Asi no se hacen, si no sabes hacer tu trabajo para que te pagan. Eres una inutil, por lo menos el enfermero anterior sabía lo que hacía mejor salte de mi habitación. Y cierras la puerta al salir —alega con fastidio el hombre sobre la cama.

—Esta bien —dice ella, agachando la cara.

Me ven, y me encojo en mi lugar con la mirada del papucho.

—¿Tú quien diablos eres? —pregunta Paul, es igual de maleducado que su padre.

—De seguro tu eres la nueva enfermera —dice la chica—, que bueno que llegaste. Gracias a Dios.

Veo como el papucho hace un mueca de desagrado.

—Soy Emma Johnson —me presento.

—Soy Sophia, te enseñaré la rutina del Señor Paul —comenta—. Acá tengo un horario, lo hice para tener todo organizado.

Lo reviso y son muchas cosas.

—Tienes que estar lista a las seis, despertarlo y ayudarlo con la ducha y a vestirse. A las seis y media tienes que estar con el desayuno, si te tardas un poco más lo tirará. Luego hacer los ejercicios son en la mañana y en la tarde. Tienes que estar preparada con almuerzo y cena. Sigue todo al pie de la lista si los horarios están ahí es por algo. Si no lo haces se pone sensible.

Volteo a verlo y está tendido en la cama con los ojos cerrados. «Que hermoso se ve». Tengo que ser profesional —me digo— es solo trabajo.

Sophia me explica la forma en que tengo que hacer los ejercicios. Según lo que me explico sufrió una caída de un tercer piso, le provocó una lesión en la médula espinal y, fracturas en las piernas, que después de mil cirugías se pudo recuperar, pero no lo suficiente, necesita rehabilitación que no le garantiza una funcionalidad al cien por ciento. Necesita recuperar la fuerza muscular y en el hueso para soportar su peso. Y al parecer no quiere recibir rehabilitacion con un profesional.

—Adios, Emma —se despide—Tiene una así de grande —con sus manos forma el tamaño y no entiendo de que.

Camino a la cama donde está recostado.

¿Amar Vale La Pena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora