Capítulo 1 (Segunda temporada)

2.1K 200 19
                                    

"No encuentro la forma de ignorarte sin que duela."

Llevo un mes sin pasar cada segundo de mi vida al lado de Julian, un mes lleno de descubrimientos para mí, un mes donde he podido hacer de mi vida lo que quiero sin necesidad de mentirle a él para hacerlo sentir bien con sí mismo.

—¿Vas a desayunar? —Pregunta mamá en la cocina.

Niego con la cabeza y me siento en el taburete, Matheo se devora sus panqueques y me mira divertido cuando hago una expresión asqueada. Su sonrisa se ensancha y larga una carcajada.

—¿Es que no se te revuelve el estómago?

Niega con la cabeza acompañando su gesto con un leve sonido de garganta.

—Vamos, vamos ya, Matheo, va a hacerse tarde.

Mi hermanito salta del taburete y corre escaleras arriba a por su mochila.

—¿Vienes con nosotros?

Asiento acomodando el bolso en mi hombro y persigo a mamá fuera de casa. Nos montamos en el auto gris de mamá y pronto salimos de casa en dirección a mi instituto. Matheo no se queda callado ni un maldito segundo, por lo que, me coloco los auriculares y subo la música a su volumen máximo.

Al llegar a la entrada, beso a mamá en la mejilla y le revuelvo el cabello a Matu. Bajo del auto y subo las escaleras de una corrida, casi llevándome por delante a una chica que habla por teléfono a los gritos. Camino hasta mi casillero y dejo el bolso allí, saco un cuaderno y tomo mis lápices y lapiceras, lo cierro y camino hasta mi salón.

—¿Crees que para mí es gracioso, Julian?

Me detengo antes de entrar al salón al escuchar el nombre de él. Mi corazón late desbocado, no quiero topármelo, no de nuevo, no cuando no he descubierto como hacer para ignorarlo sin llorar todas las noches. Mis manos sudan nerviosas, la campana resuena en todo el pasillo y pronto somos todos empujados dentro del salón antes de que la profesora de Historia entre o seremos todos parte de una matanza con prueba sorpresa.

Julian niega con la cabeza en dirección a Claire y luego da media vuelta para sentarse al lado de Maxi al fondo del salón. Yo, por mi parte, ocupo el primer banco de la fila del medio, sola, completamente sola y mejor así, no tengo que pretender ser alguien que no soy para agradarle a los demás.

—¿Quién trajo la información que pedí la clase pasada?

La profesora Smith se calza los anteojos de media luna y nos observa a todos nosotros sobre ellos. Saco las fotocopias de mi cuaderno y las coloco sobre la mesa. Una vez más, soy la única que trae los materiales para trabajar.

—Genial, ¿nadie más?

Agacho un poco la cabeza y cierro los ojos por unos segundos sintiendo como todos los pares de ojos se clavan asesinamente en mi nuca. La profesora Smith se sienta en su escritorio y por un momento creo que va a mandarnos a todos al infierno.

—Saquen una hoja, ¡esto es prueba sorpresa!

El bullicio de la clase se hace presente en ese instante, todos hablando y pidiendo ayuda a su compañero de banco. Ruedo los ojos, si han estado prestando atención en clase, sabrán qué hacer. Saco una hoja y coloco mi nombre sobre el extremo izquierdo decorando los puntos con color rosado. Smith comienza dictando las preguntas.

La campana suena luego de una hora y media, Smith retira las hojas con seriedad sabiendo que más de la mitad va a reprobar notablemente. Mis ojos vuelan a donde se encuentra Julian junto con Claire y Maxi, una lágrima asoma con salir, pero la seco antes de que alguien pueda notarla, si es que alguna vez alguien ha notado mis lágrimas. Junto mis cosas y salgo de allí casi corriendo.

Entro al baño de mujeres y me encierro en un cubículo, me siento sobre la tapa cerrada del retrete y subo los pies para que nadie note que allí me quedo todo el receso. Tomo mi móvil y reviso Twitter, paso de un tweet al otro y así hasta que me aburro. Dos minutos antes de que toque la campana, salgo del baño llevándome por delante a una chica que viene entrando.

—Disculpa.

—No pasa nada. —Me sonríe tiernamente—. Tampoco te vi.

Le devuelvo la sonrisa tímida y volteo para empujar la puerta y salir de allí lo más rápido posible. Me dirijo al casillero 111, el que me pertenece, y pongo la combinación para poder sacar el bolso y guardar las cosas que no necesito. Suena la campana y todos comienzan a movilizarse para dirigirse al salón. Pego la espalda contra el casillero sabiendo que si me meto en la corriente de alumnos quizá no vaya a salir ilesa, y cuando pasan un poco, allí me meto entre ellos para correr a mi siguiente clase, Biología.

—¿Han abierto una rana alguna vez?

El profesor Wayne se sienta sobre su escritorio y comienza a platicar con nosotros como si la clase fuera una junta personal. Mis ojos se cierran lentamente, pero me obligo a no quedarme dormida para no perder mis clases. El móvil vibrando en mi bolsillo hace que me despierte un poco más.

"¿Crees que puedes hacerle el almuerzo a Matu? No llego hasta la noche." –Mamá.

Pongo el móvil bajo la mesa para responder.

"No hay problema, mamá." -Oriana.

Vuelvo a concentrarme en las pavadas que dice el profesor Wayne y luego mi mente comienza a vagar por mis estúpidos pensamientos suicidas.

—Eh, eh, eh, ¡el grupito de atrás! —Dice Wayne frunciendo el ceño.

—¿Qué hay? No pasa nada. —Se ríe Maxi, el amigo de Julian.

—Voy a separarlos si interrumpen mi clase.

No los he visto, pero puedo apostar lo que sea a que Julian está rodando los ojos en este momento y Maxi riéndose de ello.

Wayne sigue con su aburrida clase haciendo que más de uno de nosotros comience a dormirse. Los chicos de atrás siguen molestando, en cualquier momento Wayne va a pegar un grito haciendo que todos los dormidos se despierten más que con todas las luces. Mis ojos vuelven a cerrarse.

—¡Serrano!

Abro los ojos de golpe sabiendo que me estaba por dormir en cualquier momento.

—Disculpe profesor —dice divertido.

Mis ojos ruedan, pero no me doy vuelta a figurar como todos los demás hacen para ver la escenita de Julian peleando con el profesor y Claire aleteando sus pestañas para que a Serrano no se lo lleven a detención.

—O te quitas de ese lugar o te vas a detención.

—No hay lugares vacíos, profesor.

Pronto veo como Wayne se coloca frente a mí y señala el lugar vacío a mi lado. Rezo para que Julian prefiera la detención antes que sentarse conmigo.

—Voy a comportarme, siga con su clase.

Mejor así, Julian.

—O te separas de tu grupo de amigos o te vas a detención, no tienes más opciones, Serrano. De un modo u otro, mueve tu trasero de allí.

Los demás compañeros de salón comienzan a comentar por lo bajo, algunas risas se escapan de las bocas burlescas. Claro, Julian tiene que sentarse con la chica rara, como si sentarse conmigo fuera un castigo.

—Ya —dice llegando a mi lado.

Quito mi bolso de la silla donde Julian va a sentarse y lo cuelgo de la mía. Me apoyo sobre mi mano y el codo sobre la mesa, y le doy la espalda a mi compañero de banco. Parece no molestarle porque se ríe divertido de algo que le susurra Claire desde su banco.

Wayne sigue con su aburrida clase.

No se por qué se quejan tanto si en un día ya llegan a las meta -.- bueno, 50 votos y subo otro

Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora