Capítulo 65 (Segunda Temporada)

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"You're way too young to be broken."

AVISO: El capítulo puede ser algo fuerte.

Mi mamá se encuentra con la cabeza apoyada en la pared pidiéndole a Luca que ya pare con la discusión. Bajo los dos últimos escalones con las manos temblando, Matu se tapa los oídos y cierra los ojos.

—¿Luca? ¿Puedes parar ya por favor?

Mi hermano no tarda en dirigirme una mirada asesina que hace que mis piernas se debiliten. Ni siquiera deberíamos estar pasando por este infierno, él debería de estar trabajando y viviendo sólo.

—No es tu tema.

—Es mi tema porque llevo la tarde escuchándolos gritar.

De repente siento que es la primera vez que realmente me enfrento a él.

—Hasta que ella no me dé dinero, me temo que escucharás los gritos.

Me muerdo el labio inferior dirigiendo la mirada a mi mamá, las lágrimas corriendo por sus mejillas y sus hombros temblando incesantemente. Me meto la mano en el bolsillo y le tiendo lo que me ha sobrado del almuerzo de hace unos días, él casi los arranca de mi mano y sube las escaleras a paso rápido. Matu se descubre los oídos para salir corriendo y abrazar las piernas de mi mamá. Me digo que no voy a llorar, que la situación podría ser peor y que si mi mamá me ve mal va a ser un infierno para ella.

—Te la devolveré —me dice sorbiéndose la nariz.

Niego con la cabeza.

—No la necesito, mamá.

Ella se acerca a mí y me rodea con los brazos, besa mi mejilla tiernamente. De repente mis ganas de llorar van en aumento, la abrazo fuertemente sintiendo su cuerpo temblar por el llanto.

—Gracias, te amo.

—Yo también te amo —susurro para que no se note el temblor de mi voz—. Tengo que estudiar, ¿necesitas ayuda con algo?

Nos separamos, aparto la mirada para no romper en llanto.

—No, corazón. Te avisaré cualquier cosa.

Asiento lentamente antes de dar media vuelta y correr a mi habitación, cierro la puerta tras mis pasos y mi cuerpo no tarda en ser recorrido por el temblor de la angustia, ese hueco en el estómago que indica lo mal que me siento por dentro y de repente tengo ganas de ir en busca del espejo. Tomo el móvil con desesperación.

"Sabes que no necesitas hacerte daño para sentirte mejor, Ori. ¿Por qué no intentas hablar con Cele o con Julian? Ellos siempre te han entendido, pueden hacerte sentir mejor de lo que yo puedo porque me encantaría estar abrazándote en este momento y no, por eso diles, sabrán qué hacer." De: Luci. Para: Oriana.

Respiro profundo e intento concentrarme en el móvil que tiembla por mis manos nerviosas. Voy a tener un ataque de ansiedad.

"No puedo, Cele está tan bien y Julian tiene demasiados problemas como para que lo cargue con algo así. Te necesito, Lushi." De: Oriana. Para: Luci.

Tiro el móvil sobre la cama y corro el escritorio arrastrándolo por el suelo intentando no hacer mucho ruido, así éste cubre la puerta que no puede cerrarse del todo. Me siento en el suelo respirando profundo, estrujo mis manos apretando los dedos para quitarme las ganas de hacerme daño. No debo seguir con esto, ya ha sido suficiente, no tengo por qué hacerme daño, nada de lo que ocurre en casa es mi culpa. Si Luca es un inútil es su problema, pero si viene siendo mi problema cuando mamá está tan desbastada golpeándose la cabeza en una pared.

—Tranquila, ya está pasando. Tranquila —susurro cerrando los ojos con fuerza.

Sin darme cuenta comienzo a rasguñar los cortes viejos, pasando las uñas por encima de las finas costras recién salidas, las arranco una por una sabiendo que quizá eso puede hacerme sentir mejor. De todos modos es lo mismo que cortarse un poco, ¿qué puedo perder? Nada, ya lo he perdido todo y necesito sentir ese alivio de pasar el filo del espejo por mi piel. Me pongo de pie corriendo, levanto el colchón de la cama y saco el espejo de su escondite, me siento en el suelo respirando profundo. Primero voy a hablar con Luci.

"Ori, no eres una carga. Ellos te aman, por favor pide ayuda. No voy a dejarte, aquí estoy. Sólo no lo hagas, te ruego que no lo hagas esta noche, por mí, Ori por mí." De: Luci. Para: Oriana.

"Lo necesito tanto. Lo siento, Luci." De: Oriana. Para: Luci.

Vuelvo a dejar el móvil y sin pensarlo dos veces paso el espejo por mis muñecas ya lastimadas. Lo hago una y otra vez esperando que en algún momento comience a dolerme así ya no tengo que seguir, y es cuando me llega esa liberación instantánea. Las gotas de sangre corriendo por el interior de mi brazo hacen que me sienta aliviada, he podido descargarme. Apoyo la cabeza en la mesa de noche sintiendo las lágrimas resbalando por mis mejillas, estoy yendo demasiado lejos y quizá un día no pueda parar. El arrepentimiento es lo siguiente que se apodera de mí, escondo la cabeza entre mis piernas y me dejo llevar por el llanto.

Cuando tengo la fuerza necesaria para ponerme de pie, me planto frente al espejo para contemplar mi figura desgastada, mis ojos cansados, los brazos sucios de sangre seca y el labio inferior aún temblando en su lugar. Me seco el resto de las lágrimas y señalo mi reflejo firmemente.

—Esta es la última vez, ¿me oyes? Deja de lastimar a las personas que te quieren, imbécil.

Y procedo a limpiarme los cortes para que no se infecten, los vendo e intento concentrarme en estudiar biología porque si no comienzo a subir mis notas mamá va a mandarme al infierno. Mi móvil vibra.

"Ori, ¿puedo llamarte? Necesito hablar contigo, nena." De: Julian. Para: Oriana.

"Adelante, soy todo oídos." De: Oriana. Para: Julian.

Espero que mi voz no se sienta ahogada en lo absoluto, si no estaré perdida.

USTEDES SE ENOJAN PORQUE TARDO EN SUBIR, Y POR ESO NO COMENTAN Y APENAS VOTAN. ENTONCES YO VEO COMO QUE NO TIENEN INTERÉS POR LA NOVELA Y POR ESO NO ME APURO EN ACTUALIZAR. SI EN VERDAD LES GUSTA, DEMUÉSTRENLO. CORTA LA BOCHA.

Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora