"It breaks my heart every time that I see you cry."
Lógicamente lo primero que oigo al entrar en la casa son los gritos de mamá y Luca. Ruedo los ojos, no puedo creer que esto esté sucediendo una vez más, Matu se cubre los oídos sentado en el último escalón de la escalera, lo tomo por los brazos y alzándolo en el aire lo llevo escaleras arriba. Parece que mi sueño de entrar a la casa siendo recibida con una sonrisa es algo que no va a ocurrir jamás en la vida. ¿Es que mamá no trabajaba hasta tarde?
-Matu, Matu, quítate las manos de allí. Ven.
Mi hermano menor niega con la cabeza tirándose al suelo y pataleando como loco.
-Quiero morir.
-No, Matu oye no digas eso.
Se quita las zapatillas haciéndolas volar por la habitación, luego se quita las manos de los costados de su rostro para tomar las zapatillas y estrellarlas por todos lados. Dejo la mochila y me siento en la cama para observarlo hasta que acabe con su ataque de nervios.
-¡Quiero que vuelva papá! ¿Dónde está papá? Dile que regrese, dile que mamá lo necesita.
Mi corazón se encoge de angustia, alargo el brazo para tomarlo por la pierna haciendo que caiga al suelo llorando desconsolado, pero no llora por el impacto contra la madera, sino por lo que siente muy dentro suyo y no deja salir.
-Matu, amor ven aquí.
Cruzándose de brazos niega con la cabeza, la acuna entre sus manos y deja correr el río de lágrimas que desata a continuación.
-Dile a papá que regrese.
Mis ojos se llenan de lágrimas, me tiemblan las manos cuando me siento a su lado y le acaricio la espalda.
-Papá no puede regresar, amor.
-¡No!¡No!¡No! Ori, por favor.
Trago saliva e intento respirar profundo para no llorar, pues debo calmarlo, no alterarlo aún más. Tiro de él hasta que logro sentarlo sobre mis piernas, apoyo la espalda en el costado de la cama y lo acuno entre mis brazos besándole la sien con dulzura. Sus lágrimas no se detienen, aumentan en cantidad y frecuencia haciendo que me desconcierte no saber cómo hacer para detener este infierno en el que vivimos.
-Dile -susurra con la voz quebrada-. Dile, está en tu mesa de noche, Ori.
Lo observo fruncir el ceño cuando voltea a señalar la foto enmarcada sobre mi mesa de noche, alargo la mano para tomarla y se la entrego.
-Háblale tú.
Se trata de una foto en vacaciones. Una pequeña versión de mí con el cabello aún más claro recostada sobre el pecho de mi papá mientras reposamos en la arena de la playa.
-Ven, papá -dice metiéndose un dedo en la boca-. Mamá dice que no puede vivir sin ti y Ori te extraña.
-¿Tú lo extrañas?
Asiente levemente a la vez que cierra los ojos para dejar caer unas cuantas lágrimas más, refugia su rostro en mi pecho y suspira.
-¿Por qué nos dejó?
No me siento en condiciones de poder responder a esa pregunta porque es exactamente lo que me cuestiono noche tras noche, corte tras corte y pelea tras pelea. Me encojo de hombros, pero sé que eso no es suficiente para el pequeño Mateo que siempre ha creído que tengo las palabras necesarias para él.
-Una vez me dijeron que Dios manda a la Tierra a muchas personas, pero que hay algunas que están destinadas a hacer su trabajo e irse. ¿Sabes? Papá quizá era una de esas personas.
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Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINAR
RomanceNO ESTÁ TERMINADA. POR AHORA SE CANCELA LA HISTORIA; NO LA VOY A SEGUIR. POR FAVOR, NO SE QUEJEN SI IGUAL DECIDEN LEERLA. GRACIAS. Ella se ve fría, pero no lo es, en realidad es muy dulce y tierna. Solo tiene miedo que la lastimen. ADAPTADA