Capítulo 6

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"-¿De qué son esas marcas? 
–Marcas de guerra. 
– ¿Una guerra con quién? 
–Conmigo misma."

Se apresura a taparse las muñecas, me quedo algo impresionado. O ella misma se autolesiona o en serio la maltratan en casa y no quiere decirlo. Sus ojos se hacen agua, sorbe su nariz y observa el suelo. Me quedo mirándole como si fuera una criatura de otro mundo, algo que nunca en mi vida había visto.

-¿De qué son esas marcas? –Utilizo mi pregunta.

-Marcas de guerra.

Frunzo el ceño, quizá a ella la han secuestrado y encadenado antes, quizá por eso esas marcas. Pero luego vuelvo a pensar con claridad, no puede ser cierto, si la hubieran secuestrado alguna vez, no querría salir a la calle nunca más en su vida.

-¿Una guerra con quién? –me atrevo a hacer una segunda pregunta.

-Conmigo misma.

La sangre que corría por mis venas, se esfuma de repente, mi corazón se estruja fuertemente. Se hace daño a sí misma. Cierro los ojos con fuerza, muchas veces he oído hablar de autolesión, los cortes en las muñecas, piernas y brazos, pero nunca había conocido a nadie que lo hiciera.

-¿Cuántos años tienen tus hermanos? ¿Cómo se llama tu mamá?

Alzo la vista y la encuentro viendo el piso. Se columpia lentamente tocando la tierra con los pies, despacio y casi como con cuidado. Admiro su capacidad para evadir temas tan poderosamente importantes.

-Yoli tiene cuatro y Ian dos –digo casi en un susurro-. Y mi mamá se llama Diana.

Nos quedamos callados, un silencio incómodo. Ella hace como si nada hubiera pasado, pero ambos sabemos que no es así.

-¿Cómo se llaman tus hermanos?

-Lucas y Mateo. 

Asiento levemente mientras la dejo pensar una pregunta.

-¿A qué edad diste tu primer beso?

-A los trece años, ¿tú?

-A los catorce –se ríe levemente.

Alzo la vista para verla riéndose mientras me observa. De repente junta sus labios en una línea y luego se echa a reír nuevamente.

-¿Qué te divierte? –digo conteniendo la risa.

-¿Es esa una pregunta del juego?

-¿Y esa?

-¿Y la tuya?

-¿Qué...? –se queda callada y luego rompe en risas.

Me río junto a ella, es increíble como en menos de dos minutos ha olvidado que sus muñecas para mi ya no son un misterio. Está sonrojada y su sonrisa es preciosa, sus ojos brillan dulcemente mientras se retira el cabello del rostro.

Aunque somos más amigos aún no he conseguido que Oriana se abra más a mí. Tengo sus sonrisas, me cuenta sobre algunas cosas, pero aún no se anima a quitarse las mangas de las muñecas y siempre va de pantalón largo. 

Aún nos queda un mes y medio para acabar con el trabajo que debemos hacer juntos, pero Oriana se empeña en fastidiarme para que lo terminemos antes así ya nos desentendemos, mi problema es que tengo miedo a que luego de haber acabado con el trabajo, ella vuelva a su antigua forma, a la misteriosa chica de cabeza gacha.

Hacen dos semanas desde su incidente en la calle. En los recesos sigue desapareciendo y por más que intento hablar con ella y convencerla de que se quede conmigo, Agus, Caro y Maxi, siempre dice que no. Para mi eso todavía es un misterio a resolver. Como muchos otros. 

Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora