Capítulo 17 (Segunda Temporada)

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"En el proceso de intentar reconstruir a una persona rota, puedes lastimarte con algún pedazo."

-¿Qué?

El corazón me late a mil a la vez que abro la boca con impresión. ¿Todo ese acto de tristeza y preocupación es por mis cortes? ¿Es por mí? Comienzo a pensar que debería alejarme de él antes de que se aferre más, pero no, no es aquello. No puedo alejarme de él, ni siquiera podría vivir sin él un par de días y dudo que él pueda hacerlo sin mí.

-Necesito verte para dejar de creer en tu falsa sonrisa.

Negando con la cabeza decididamente me coloco el cinturón de seguridad y aseguro los extremos del saco para cubrir mis muñecas y el principio de mi mano por completo.

-Lo digo en serio, Oriana. -Su voz ni siquiera suena autoritaria, solo triste-. No voy a poner el coche en marcha hasta no ver lo que has hecho.

Manteniendo la boca cerrada, observo por la ventanilla. Siento el clic de su cinturón cuando se sienta de costado y me mira fijamente sacando las llaves de la hendidura decidido a quedarse parado frente a la casa de Cele hasta que me levante el saco.

-No es nada que a ti pueda interesarte.

-Oh, ¿eso crees? Me interesa, y mucho. Así que ve levantándote aquello porque necesito verlos.

Vuelvo el rostro para encontrarme con su cansado rostro, sus ojos destilando ternura y sus manos apretadas sobre su regazo. Como si toda esta situación lo cansara y agobiara, apoya la cabeza sobre el costado del asiento.

-Déjame ver, Ori.

Niego con la cabeza.

-Vamos, Julian. Necesito ir a casa.

-¿Para qué? ¿Qué tienes que hacer?

Vuelvo la vista al frente alejando mis brazos de su alcance.

-Volver.

Suspira agotado.

-Supongo que ahora voy a dejarte en casa, vas a esquivarme durante todo el fin de semana y luego harás como si necesitaras alejarme de ti poniendo como excusa un simple "estoy loca, no te merezco" y más tarde terminaras en mis brazos para consolarte.

Me quito el cinturón de seguridad y volteo a verlo.

-¿Crees que son escenitas armadas?

Su boca se deforma en una mueca.

-No dije eso.

-Me estás diciendo que siempre es lo mismo.

-Siempre lo es, Oriana -dice suavemente-. Pero eso no significa que me aburra, sólo no quiero que termine aburriéndome.

-Genial, pues abúrrete o desentiéndete de la situación porque no quiero hablar más contigo.

Lo veo alzar una ceja confundido mientras vuelvo a acomodar el saco sobre mis brazos para que no vaya a verse absolutamente nada.

-Oriana....

-No, Oriana nada, Julian. Mueve el coche, no quiero quedarme varada en la casa de Cele hasta que me hagas llorar para consumar la escenita a la que te refieres.

-No es la idea hacerte llorar.

-¡Pues vas a lograrlo si no dejas de hablar y mueves el auto!

Se acomoda en su asiento y suspira agarrando el volante con fuerza. Siento sus dientes chocar cuando contiene algo que quisiera decirme.

-No has hecho lo que te pedí, no voy a mover el coche.

Me giro hacia él con una expresión desafiante, pero se limita a encogerse de hombros.

Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora