"Tengo miedo de hacerte daño."
Oriana ocupa el primer asiento, así que tomo el lugar a su lado, a su derecha. No voltea a verme, tampoco me habla, solo saca lo necesario para tomar nota en la clase de la profesora Lemon.
-¿Estás enojada? -Pregunto al cabo de unos segundos.
Nuestros compañeros comienzan a entrar a clases mientras yo me quedo esperando una respuesta de su parte. Nadie nos observa ni nos dirige una palabra desde la semana pasada. Desde el incidente con este chico y los comentarios de la mayoría aquí presentes. La situación está demasiado densa, tanto que puede cortarse con un cuchillo.
-Oriana... -digo insistiendo.
-¿Qué es lo qué quieres? -Suelta bruscamente.
Me sorprendo porque no sé que he hecho de malo esta vez. Pero no alcanzo a decir nada porque la profesora entra al salón, da una breve explicación y anota dos páginas en la pizarra, luego se sienta detrás de su escritorio y saca una revista.
-¿Puedes irte? -Me pregunta abriendo su libro.
-¿Qué rayos te ocurre?
-Me molesta tu maldita presencia.
Genial. Me paso los días peleando con medio colegio para defenderla y ella se da el lujo de decirme que le molesto. Me extraña. Demasiado. Más porque no sé qué he hecho para que ella esté enojada.
Me pongo de pie y me cuelgo la mochila en el hombro. Hay tres lugares vacíos, así que elijo uno casi al fondo, al lado de una chica con la que nunca he hablado.
-¿Te molesta si me siento?
Ella niega lentamente con la cabeza y yo me acomodo a su lado en el banco.
-¿Problemas con tu novia?
Frunzo el ceño.
-No es mi novia.
-Oh. -Se cubre la boca-. Perdona. Es que los veo siempre juntos y...
-Está bien. -La interrumpo con una leve sonrisa.
-Sé que te llamas Julian, yo soy Becca. -Me sonríe buscando mi mirada.
-Lindo nombre -digo, al no saber más que decir.
Becca se ríe con timidez y yo también me río. Apoyo ambos brazos sobre la mesa y miro al frente. Oriana se da la vuelta fugazmente y vuelve a mirar al frente. No me importa si está enojada o qué, yo hice lo que pude para ayudarla y ella se enoja por todo. Bueno... quizá si me importe, pero no voy a rogarle.
-Serrano -la profesora llama mi atención-, ¿puede comenzar a leer el capítulo veintidós en voz alta?
Asiento y me doy cuenta de que no tengo el libro sobre la mesa. Becca desliza el suyo frente mío y yo comienzo a leer el capítulo señalado. Gracias Becca.
En el receso pierdo de vista a Oriana, pero intento no hacerme mucho problema con eso. Me quedo con Maxi y Agus.
-¿Por qué se enojó esta vez? -Pregunta Maxi.
-No lo sé. -Me encojo de hombros y abro un paquete de galletas-. Ella siempre se enoja y nunca adivino el porqué.
-Pues algo le habrás hecho.
-Seguramente, pero no sé qué es.
Nos quedamos en silencio por unos segundos antes de que Agus comience a hablar sobre que su padre lo ha regañado ayer y ahora está muy enojado porque no quiere devolverle su auto nuevo. No presto mucha atención a lo que dice, mi mente vuela. No está allí.
Una parte de mí es puro orgullo y la otra quiere correr a pedirle explicaciones a Oriana. Porque ella está enfadada y desconozco la razón. Anoche hemos hablado y todo había quedado bien. Solo estoy rezando para que la culpa, que no tiene, la lleve a hacerse daño. Otra vez.
Cuando toca entrar de nuevo al salón, la veo sentada en su lugar. Eso significa que ha estado allí unos segundos antes de que la campana indicara el final del receso. Un chico que corre por el pasillo, pasa a su lado, y le coloca la capucha de su campera a Oriana, luego tira de ella hasta cubrir su nariz y se aleja riendo. Oriana se acomoda el cabello y se queda allí, no dice nada.
-¿Te sigues sentando conmigo o prefieres el pasillo?
Becca me empuja con su cadera y se ríe. Luego pasa por mi lado y me golpea el hombro como juego. Me río de su cara alocada y la sigo hasta la mesa. Me siento, me sigo riendo, pero cuando alzo la mirada, me arrepiento. Nuestras miradas se cruzan, sus ojos están rojos e hinchados.
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Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINAR
RomanceNO ESTÁ TERMINADA. POR AHORA SE CANCELA LA HISTORIA; NO LA VOY A SEGUIR. POR FAVOR, NO SE QUEJEN SI IGUAL DECIDEN LEERLA. GRACIAS. Ella se ve fría, pero no lo es, en realidad es muy dulce y tierna. Solo tiene miedo que la lastimen. ADAPTADA