Capítulo 47 (Segunda Temporada)

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"People change, things go wrong, shit happens, but life goes on."

Día 5 sin Julian.

Observo el móvil que permanece con su pantalla en negro como si de un muerto con la mente apagada se tratara. Cierro los ojos y me dejo caer hacia atrás en busca de la almohada para mi cabeza que late y duele con fuerza. Pateo el móvil en un intento por acomodarme y éste cae rebotando al suelo haciendo que sus partes se desarmen por quinta vez en el día. Las lágrimas comienzan a soltarse de mis ojos para resbalar por mis mejillas y aquí vamos de nuevo.

-¡Ori! -Grita mi mamá desde la puerta.

Me enderezo bajando las mangas de mi campera para cubrir las muñecas y seco mis lágrimas.

-Adelante.

Lo primero que veo es la morocha cabeza de mamá asomándose y luego de que su sonrisa aparece en mi habitación invitándome a cambiar de humor, tiende una bolsa lila frente a mis ojos. Cierra la puerta cuando se apoya en ella para cantar una oración.

-Te he traído un regalo.

Sonrío cuando froto mis manos.

-¿Qué es?

Sacude la bolsa mientras se acerca a mi cama y se sienta sobre el colchón para entregarme el presente.

-¿Puedes por favor cuidar un poco más tu móvil? No puedo comprar otro, Ori -dice en tono de reproche.

Me encojo de hombros cuando tomo la bolsa y la volteo para hacer que un paquete rosa transparente caiga sobre la desordenada cama.

-Si, mamá ya enseguida lo arreglo -murmuro distraída.

-Fíjate si te gusta, creo que es hermosa -dice soñadora.

Abro la pequeña bolsa transparente encontrándome con un traje de baño de dos piezas, lo único que me faltaba para que mi autoestima llegara al centro de la Tierra.

-Oh. -Me aclaro la garganta-. Gracias, mamá.

-Pensé que necesitabas una y cuando la vi juro que sentí que era perfecta para ti.

¿Perfecta? Esa palabra no entra en mi vocabulario.

-Me gusta mucho. -Si entregaran premios a la sonrisa falsa del año juro que habría ganado-. Es hermosa.

Su sonrisa hace que por un momento olvide lo baja que es mi autoestima y me inclino hacia delante para fundirnos en un abrazo.

-Pruébatela, quiero verte.

Me muerdo el labio inferior negando con la cabeza. No es que el traje sea feo, en lo absoluto, las rayas color salmón entrelazándose en la tela la hace parecer más hermosa de lo que en verdad es, simple. Pero el hecho de que mi cuerpo no es, en lo absoluto, delgado o cercano a lo perfecto, no me apetece arruinarle el día a nadie.

-No creo que ahora sea el momento.

Sus cejas se juntan cuando achica un poco los ojos.

-No te gusta, ¿verdad?

Vuelvo a guardar mi pertenencia nueva.

-Claro que me gusta, mamá. -Y no miento-. Sólo que en este momento no tengo ganas de probármelo.

Asiente cuando se pone de pie.

-Vale -murmura-. ¿Has hablado con Julian?

Mi mundo vuelve a caerse al suelo cuando recuerdo sus palabras ardiendo más que la cuchilla al separar mi piel.

-Sí, pero no quiero ahogarlo con llamadas o mensajes.

Sonríe.

-Está muy bien. ¿Iremos a recibirlo al aeropuerto?

-No lo sé, mamá no hemos hablado de eso -digo en un tono más duro del que hubiera querido.

-¿Segura que está todo bien? Eres conciente de que podemos hablar de lo que sea, cuando sea.

Le regalo mi sonrisa más fingida.
-Lo sé, no hay nada de qué preocuparse, pero gracias.

Mi mamá se pone de pie con una pequeña sonrisa en los labios y sale de mi habitación dejando la puerta cerrada. Observo el traje de baño entre mis manos y suspiro, tan solo quisiera sentirme bien con mi cuerpo para tener el control absoluto de todas mis emociones, que en parte se deben a que el 90%del tiempo me siento horrible al lado de las demás chicas de mi edad, me siento inferior, gorda y hasta algo así como un fenómeno por la forma en la que me miran al pasar. Sé que no soy un bicho raro, sé que mis facciones no son del todo espantosas y sé que no soy una obesa, pero también sé que tengo kilos de más y que mi autoestima cada vez baja un poco más con el correr de los días.

Armo el móvil con las lágrimas floreciendo en mis ojos y espero a que encienda para abrir un chat con Luci que está repleto de "Ori, ¿qué ocurre?" "¿Te encuentras bien?" "Necesito hablar contigo."

"Estoy bien, supongo." De: Oriana. Para: Luci.

El siguiente mensaje es de Celeste.

"¿Quieres responderme? Estoy preocupada, Oriana, ayer estábamos bien y ahora has desaparecido, por favor contesta." De: Celeste. Para: Oriana.

"Peleé con Julian, es todo. No hay nada de qué preocuparse." De: Oriana. Para: Celeste.

Reviso el chat con Julian para decepcionarme aún más porque no se ha dignado a hablarme en todo el día.

"Oi, nena ¿qué pasó? No te me deprimas, es un idiota." De: Celeste. Para: Oriana.

"Si supieras todo lo que me dijo no volverías a verlo con los mismos ojos, te lo aseguro. Me siento tan mal, Cele. Creo que mi mundo comienza a venirse abajo una vez más." De: Oriana. Para: Celeste.

El móvil vibra anunciando la llegada de un mensaje de Luci.

"¡Gracias al cielo has aparecido! ¿Te encuentras bien en serio?" De: Luci. Para: Oriana.

"No, realmente no me siento bien, pero no puedo hacer nada. Peleé con Julian ayer y ahora siento como si nada valiera la pena." De: Oriana. Para: Luci.

Dejo el móvil en la mesita de noche y acariciando mis cortes nuevos decido que tengo un secreto conmigo misma que debo guardar. Bajo la manga porque recordar el dolor solo me lleva a querer volver abrir las heridas, física y anímicamente. Cierro los ojos secando mis lágrimas, el móvil vibra y lo tomo para responderle a alguna de mis dos amigas cuando me encuentro con un mensaje de Julian.

"¿Nena? ¿Estás allí?" De: Julian. Para: Oriana.

Frunzo el ceño.

"¿Qué quieres?" De: Oriana. Para: Julian.

Su respuesta no tarda en llegar.

"Sé que algo ocurrió entre nosotros y sin que te ofendas, necesito que me lo recuerdes porque no tengo idea de todo lo ocurrido ayer." De: Julian. Para: Oriana.

Suspiro y cierro el mensaje para abrir el de Luci.

"¿Qué te dijo ese idiota? ¿Qué hizo? Si tengo que cruzar el país para matarlo juro que lo haré. " De: Luci. Para: Oriana.

"¿Luego quieres que hablemos por teléfono? Es mucho por contar." De: Oriana. Para: Luci.

Apenas envío el mensaje a mi amiga virtual el móvil se encuentra vibrando sin cesar con una foto de Julian brillando en la pantalla. Me digo que debo ser un poco madura y enfrentar la realidad, presiono el teléfono verde y lo llevo hasta mi oído.

-¿Qué quieres, Julian?

Siento un largo suspiro del otro lado de la línea.

-Necesito hablar contigo, nena. Dime que no te he hecho daño.

Cierro los ojos apenada por no poder decirle que no me ha hecho daño. Las lágrimas inundan mis ojos una vez más y abarrotan mis mejillas de salada y triste agua.

-No puedo, Julian.

Siento como las palabras se atoran en su garganta cuando quiere contestar.

Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora