Capítulo 38 (Segunda Temporada)

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"If you have crazy friends you have everything."

Como si fuera el Día Internacional de ir a Starbucks, todo el mundo estaba allí. Bueno, quizá todos tuvimos la misma idea a la misma vez, pero ya comienzo a cansarme de esperar, más cuando mi única amiga habla y habla y habla y, adivinen, si sigue hablando, ¿cómo supieron? Julian y yo estamos tomados de las manos, tengo la cabeza apoyada sobre su hombro y una rodilla flexionada porque ya me cansé de esperar solo por un maldito café.

-¿Qué tal si vamos a otro lugar?

Cele voltea a vernos revoleando su larga cabellera rubia, sus ojos marrones chisporrotean de rabia.

-Estás loco, Serrano -habla rápido-, no hice una fila enorme de tres cuadras durante quince minutos para que ahora tú digas que nos vayamos.

Me doy el gusto de rodar los ojos.
-Cele, era solo una sugerencia.

-Bueno, las sugerencias se hacen cuando decidimos adónde ir, no cuando ya estamos esperando a que nos atiendan.

Julian bufa.

-Vale, vale, de todos modos vamos a quedarnos aquí.

Su mirada se suaviza un poco cuando me dedica una leve sonrisa y vuelve a voltear delante de nosotros. Julian apoya su cabeza sobre la coronilla de la mía.

-¿Qué le ocurre?

-Nada, supongo que está agotada -susurro-. Tiene días en los que se vuelve molesta, pero todas las mujeres somos así.

Mi amiga vuelve a voltear y creyendo que me ha oído, más que su humor no es el más hermoso del mundo, supongo que va a golpearme o insultarme, pero ella se limita a extender la mano con su palma hacia arriba entregándome una goma de mascar envuelta en papel verde, la tomo con una pequeña sonrisa rodeando mi boca. Me siento lastimosamente culpable cuando la veo sonreír en mi dirección.

Media hora y veinte insultos después, nos entregan nuestros cafés y muffins, Julian sugiere que caminemos hasta la plaza a dos cuadras del local porque allí se nos va a hacer imposible sentarnos a degustar nuestros tan anhelados pedidos. Así que le hacemos caso a Julian, aunque Cele se rehúse al principio, y caminamos entre risas y anécdotas hasta llegar a un banco de madera donde tomamos asiento mientras comenzamos a comer nuestra media tarde.

Podría decir que mi tarde termina por diferenciarse mucho de mi amanecer, claro está. Tal vez puede que un día comience mal, pero eso no significa que deba terminar del mismo modo, aprendí eso de un libro que me gusta mucho y está en mi lista de los favoritos. Así que estoy agradecida con ellos dos por haberse aparecido en mi casa, aunque me molestó que no me hayan avisado que venían, y me alegraron la tarde del sábado que normalmente me paso acostada en mi cama leyendo un buen libro o escribiendo algún texto depresivo/reflexivo.

-¡Oriana llamando a Tierra!

-Tierra llamando a Oriana, boba.

Por más que no haya estado escuchando la otra parte de la conversación largo una risotada importante. Julian ríe divertido cuando Cele se tira de rodillas al suelo tomando su estómago entre sus manos porque reírse implica dolor para su abdomen.

-¿En qué pensabas? -Pregunta Julian cuando cesan las risas.

Cele aún sigue en el suelo largando pequeñas carcajadas por momentos.

-De todo un poco -murmuro aún un tanto perdida en mis pensamientos.

El brazo derecho de Julian rodea mis hombros cuando me atrae hacia él para darme un pequeño beso en la mejilla.

Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora