Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINAR

Capítulo 10 (Tercera Temporada)

"Yo quiero verte sonreír y que no tengas que mentir"

Aprieta más los brazos alrededor de mi cuerpo, y es cuando me doy cuenta de que llevamos así alrededor de cinco minutos, y que gracias a Dios me siento mucho mejor. Es eso, a veces sólo necesitas que te abracen sin emitir palabra alguna.

- ¿Quieres ir a dormir?

Niego con la cabeza.

Vamos a pasarla bien, es sábado en la noche, somos jóvenes y encima es temprano. Obviando el hecho de que estamos solos...

-Tengo que llamar a mi mamá y luego podemos elegir una película para que... -Me calla con un beso-. Lo que sea.

Ríe divertido cuando se pone de pie.

-Llámala, voy a hacer palomitas.

Agradezco al cielo porque en serio estoy muerta de hambre y eso va a venirme de diez. Sonrío cuando desaparece en la cocina y marco el número de mi mamá. El móvil emite apenas un pitido de espera antes de que ella atienda de manera brusca.

- ¡Oriana! -Chilla.

- ¡Mamá! -Intento imitar su tono de voz para que ría, pero no le hace gracia.

-Vuelve a casa.

-Estoy en lo de Jenna, su papá pasó por nosotras y no pudo llevarme a casa. Me da apuro ahora, má.

Ella suspira. Julian entra en la sala, casi salto del sillón para que no diga absolutamente nada y no me deje al descubierto a lo que él responde haciendo una especie de mímica en la que cierra sus labios con cierre y se queda en silencio al acomodarse a mi lado.

-Ay, Oriana ¿por qué no podías llamar antes? Estaba preocupada, muy preocupada.

Me siento una tremenda hija de perra mintiéndole así a la persona que más se preocupa por mí. Ella sólo quiere cuidarme y yo le pago mintiéndole.

-Perdón, perdón, es que no pude llamar antes, lo siento mucho en serio.

Vuelve a suspirar y oigo el ruido de sillas, y un televisor encendido detrás de ella.

-Está bien, mañana paso por ti.

-Vale -digo, y luego recuerdo que no puedo decirle que vaya a casa de Jenna porque estoy en otro lado-. Mañana te llamo.

-Vale, te amo hija.

Sonrío.

-También te amo, que descanses.

Cuelgo la llamada cuando oigo que ella ya la ha finalizado, y volteo a ver a Julian para encontrarlo bostezando.

- ¿Por qué esa cara? -Pregunta, se podría decir que preocupado.

-Detesto mentirle a mi mamá -digo, suspirando-. Es que confía tanto en mí y yo estoy traicionando esa confianza.

Extiende una mano para que la tome, y luego tira de mí para apretarme contra su pecho.

-Eres tan malditamente sensible -dice-. Deja de pensar, deja de pensar, deja de pensar. Maquinas tanto las cosas que luego las arruinas.

Oh, vaya sorpresa.

Es que no puedo evitar ser tan estúpida, que todo me importe más de la cuenta y que absolutamente todo me parezca relevante. Necesito dejar de preocuparme tanto por cosas que no tienen sentido, aunque mentirle a mi mamá no es algo sin sentido, es algo que debería dejar de hacer.

-Las palomitas, Julian -susurro, pero me arrepiento porque deshace el abrazo-. ¿Busco una película?

Asiente y me besa en los labios antes de meterse en la cocina. Suspiro, me dirijo a la pila de películas al costado de la televisión pantalla plana y me siento en el suelo llevándome un par de cajas conmigo.