Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINAR

Capítulo 70 Parte 2 (Segunda Temporada)

ULTIMO CAPÍTULO

"Something I can't compare to nothing."

PARTE 2

AVISO: El capítulo puede ser algo fuerte.

Me clavo las uñas en los brazos sin dejar de hacer contacto visual con mi reflejo, paso cada centímetro de las yemas de mis dedos para sentir la sangre brotando de éstos. Me calma el líquido rojo corriendo hasta empapar mis manos avisando que quizá he ido un poco lejos, bajo la mirada para encontrarme con las manos pegajosas y en vez de frenar antes de que no lo pueda controlar corro en busca del pedazo de espejo, observo mi reflejo una vez más antes de sin pensarlo dos veces pasar el filo de éste atravesando mi piel por completo dejando más aberturas de las que jamás he tenido. Lo paso con fuerza dos veces más y cuando me doy cuenta de que no puedo seguir con mis brazos paso a secar la sangre en mis piernas para luego clavarlo con fuerza en el muslo. Sintiendo las lágrimas correr por mis mejillas me digo que estoy haciendo lo incorrecto, pero ¿qué más da? ¿Qué importa si hoy termino de morir? No es que tenga mucha vida dentro mío, ¿por qué debería seguir siendo solo un cuerpo que se mueve, pero que no vive?

-Te mereces lo peor en este mundo -le susurro a mi pequeño reflejo en el pedazo de espejo-. Y quiero que sepas que nunca nadie va a verte como una buena persona porque eres una porquería. -Las lágrimas resbalando por todo mi pecho dicen que debo parar, pero el dolor físico aún no ha llenado el emocional-. Tienes todos los defectos que se puedan tener, tienes una familia que da lástima, ¿para qué quieres vivir?

Me siento en el suelo viendo que mi abdomen se pliega un poco, cruzo la punta del espejo por la piel de la panza sintiendo el pinchazo de dolor en todo el cuerpo, la liberación. Vuelvo a pasarlo tres veces más hasta que me recuesto llorando en el suelo, espejo en mano que no dejo caer porque quiero seguir utilizándolo. Y de repente decido que quizá es mejor que no pare, que quizá es mejor que siga cortándome hasta por fin morir de una manera que nunca nadie podría soportar. Pero y si lo hago, ¿qué ocurre con mi mamá? ¿Qué ocurre con Matu cuando hayan peleas en casa?

-No doy más, papá -susurro sintiendo que comienzo a decepcionar a mi papá que me observa desde el cielo-. Necesito estar contigo, por favor.

Cierro los ojos cuando los cortes comienzan a arder, estoy acostumbrada a ellos pero aún así no puedo dejar de sentirlos. Algo dentro mío me dice que aún no ha llegado el momento de dejar la Tierra, que aún quedan cosas por vivir, que todavía se pueden solucionar los problemas, que no todo está perdido.

-Papá -vuelvo a susurrar dirigiendo mi mirada a la foto sobre la mesa de noche-. Te necesito.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal haciendo que suelte el espejo y envuelva las piernas entre mis brazos. Lloro desconsolada intentando no hacer ningún ruido que pueda despertar a mamá, y de repente me siento protegida a pesar de estar semidesnuda en el suelo con la cabeza a punto de explotarme, siento como si dos brazos me envolvieran y me hicieran sentir mejor por unos segundos. El llanto se detiene sin que pueda controlar mis emociones, de repente ya no cae una sola lágrima por mis mejillas, vuelvo a cerrar los ojos y por un momento imagino que mi papá es quien cuida de mí, pero en realidad es lo que creo que está pasando porque nunca jamás en mi vida me sentí así.

-Estoy loca -me digo entre sollozos, pero las lágrimas no salen-. ¿Papá?

Me siento en el suelo cuando la protección se me va de las manos y una vez más el frío me recorre por completo, corro en dirección al armario para casi vaciar lo poco que me queda de alcohol sobre los cortes nuevos, abro la boca y me muerdo el puño antes de que pueda gritar del dolor que éste me provoca. Me vendo las piernas lentamente y me coloco una remera de papá, la única que tengo, la única que me dieron cuando él falleció, esa que me llega hasta las rodillas y que cuando la veo siento que está allí conmigo, la rocío con algo de su perfume y tomo la foto entre mis manos.