Capítulo 24 (Segunda Temporada)

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[Maratón 2/5]

"Pasó tanto tiempo que ya no sé cómo es sentirse querida."

Julian tiene una maldita obsesión con Mc.Donalds, pero yo prefiero Burger King por el hecho de que siento que las hamburguesas tienen más sabor, y luego de discutir porque cada uno quería comer en un lugar distinto, Julian decidió que iba a ceder para que yo me sacara el gusto de comer allí y la próxima vez si podíamos volver a la monotonía de comer en Mc.Donalds, como siempre.

Los ojos de Julian no se despegan de la hamburguesa, lo observo comer como cerdo, porque es así como come, como si no hubiera mañana, como si no hubiera probado comida en más de un mes. Rio haciendo que se percate de mi mirada, se limpia la boca y sonríe.

-¿No comes?

Asiento y le doy una segunda mordida a la hamburguesa. Los ojos de Julian me escrutan con ternura, luego me golpea con el costado de su cuerpo y toma una papa para llevársela a la boca.

-Creo que me atraganté -dice muy bajito.

Largo una risotada haciendo que él se ahogue un poco más, toma el vaso de gaseosa y lleva el sorbete hacia su boca, tose un levemente cuando lo aleja de su rostro y deja el vaso sobre la mesa nuevamente.

Tres chicas pasan corriendo a la parte de adentro del local llamando la atención de Julian, debo admitir que los celos florecen en mi interior al darme cuenta de que se ha girado para verlas a través del vidrio. Me llevo una papa a la boca y saco el móvil para responderle a Luci.

"¿Ya te dio lo que iba a darte?" -Luci.

"No, aún no. Parece que comer y mirar a tres chicas es más entretenido e importante." -Oriana.

Luci tarda solo unos segundos en responder.

"¿Celosa? Para nada. Jaja, no exageres, niña."

-¿En qué piensas? -Pregunta Julian sacándome de mis pensamientos.

Le sonrío levemente sin saber qué decirle y bloqueo el móvil para luego dejarlo sobre la mesa, tomo una papa y la llevo hasta mi boca.

-Oriana-me llama.

Lo miro, está buscando mis ojos para verme directamente. Alzo la barbilla para darle a entender que lo estoy escuchando atentamente, junta sus labios y los presiona en una tierna sonrisa.

-Nada, quería que me miraras -dice casi en un murmullo.

Vuelvo a sonreírle y aparto la mirada para ver mi comida y darle un nuevo mordisco. Julian termina con la suya y procede a tomar de su vaso como si en serio tuviera demasiada sed para ser real.

De repente me encuentro formulando preguntas en mi cabeza. La hamburguesa se encuentra terriblemente deliciosa y no comprendo porqué he estado intentando privarme de la comida por tanto tiempo, claro está que no me gusta mi cuerpo, pero dejar de comer no puede ser la solución.

-¿Algún día puedes enseñarme la canción que escribiste?

Asiente dejando el vaso sobre la mesa.

-Ya tengo los acordes.

Una verdadera sonrisa adorna mi rostro. Julian me la devuelve.

-Te gusta mucho la música, ¿verdad?

-Me fascina la música, escucharla, componerla, todo. Me parece asombrosa.

Sus ojos soñadores me hacen ilusionarme con verlo sobre un escenario rodeado de gente gritando su nombre mientras él canta una linda canción y toca la guitarra.

-A mí me encanta escucharla, pero no sirvo para componerla o tocarla -digo mordisqueando una papa.

Julian me sonríe como con ternura, o algo así y revuelve sus bolsillos haciéndome pensar que no le interesa lo que he dicho.

-Tengo algo para ti.

Recuerdo que lo dijo el en instituto, bajo la mirada a mi comida y luego me limpio las manos porque siento las palmas grasosas y sucias. Julian saca una pequeña cajita de terciopelo y se acerca un poco más a mí.

-Ya ves, el otro día tú preguntaste qué es lo que somos y estuve pensando mucho acerca de eso. Sé que tú no estás completamente lista para embarcarte en una relación y lo entiendo. -Sus ojos pasean por la mesa unos segundos y luego vuelven a mi rostro.

Me pregunto si me veré bonita o soy un desastre porque el viento me vuela el cabello. Y no me voy a parecer precisamente a Megan Fox en una escena absolutamente hermosa de ella corriendo con el pelo suelto volándose por detrás de su rostro o por encima, haciendo que se vea perfecta en pantalla grande. Pues mi caso es que si se me vuela el cabello se me desarma la raya al medio y se me viene todo el pelo en la cara, molesta y pican mis mejillas. Conclusión, no me veo bonita con el pelo revuelto o volándose, Megan Fox sí.

-Pero aunque no quiero apresurarte a tener algo conmigo, tampoco quiero que por ser lento te vayas con otro chico.

Río un poco.

-No va a ocurrir, Julian. -Me muerdo el labio inferior.

-Sé que tú no eres así, pero no tengo que ser lento -repite-. Así que yo creo que tú eres mía y yo en cierto modo soy tuyo.

Contengo una estúpida sonrisa mordiéndome el interior de la mejilla.

-Es un pequeño regalo -dice entregándome la cajita.

Con las manos ligeramente temblando, abro la caja para encontrarme con un collar de plata, la mitad de un corazón. Saco la cadenita haciéndola colgar de mi dedo índice y Julian sostiene la caja. La mitad del corazón gira despacio revelando que el nombre de él está grabado en letras cursivas en la parte delantera. Sonrío como boba al darme cuenta de lo que significa.

-Es hermoso, Juli -murmuro.

Me coloco la cadenita por encima de la cabeza y luego quito mi cabello del medio. Julian me observa y luego me entrega la cajita, la guardo en mi mochila y me inclino levemente hacia adelante para darle un beso en la mejilla, pero sus intenciones son otras cuando corre el rostro para plantarme un beso en los labios.

-Mira -dice alejándose de mí.

Revuelve en el cuello de su campera y saca una cadenita igual a la que yo llevo en el cuello ahora. Se inclina hacia adelante para quedar cerca de mí y noto que su mitad del corazón tiene grabado mi nombre. No evito la sonrisa, una vez más y Julian me besa en los labios con suma ternura.

Se siente raro el estar así con alguien, sentirse querida, sentirse importante para alguien más que para tu mamá. Es increíble el sentimiento que él puede llegar a alojar en mí, los nervios, la felicidad que me provoca estar cerca suyo, verlo bien, verlo sonreír. Luego de que pasas tanto tiempo sola, sin nadie que te ayude y confíe en ti, no sabes si puedes volver a querer, si puedes volver a sentirte acompañada y llega un ángel, como es él, que sabe las palabras justas, que sabe como hacer que me sienta perdida y amada al mismo tiempo.

Ya no estoy más sola, encontré a alguien que ha llegado para quedarse.

-Cuando tú estés lista para algo más, no dudes en decírmelo -susurra cerca de mí.

Bajo la mirada unos segundos y sin pensarlo vuelvo a subirla para luego susurrar:

-¿Qué ocurre si ya estoy lista?

Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora