"Things can change."
Presiono el ícono de Skype para encontrarme con Julian recargando su mejilla en su mano, ríe al verme y yo sonrío divertida.
-Hola -murmuro agitando mi mano de un lado al otro.
Analizo mi rostro en la pequeña ventana que muestra mi lado de la cámara, no me gusta en lo absoluto, así que me alejo un poco más de la computadora.
-Hola, nena -dice con una sonrisa adornando sus labios. Se acomoda en su lugar y se aclara la garganta-. ¿Qué haz hecho hoy?
-Aparte de insultarte en mi mente cada cinco segundo, estuve con Matu.
Su ceño se frunce con fingida severidad.
-¿Qué onda Matu? -Pregunta.
Me encojo de hombros.
-Está feliz, tenemos una mascota nueva.
Alza sus cejas con divertida sorpresa, sonrío acomodando el maquillaje de mis ojos y luego alzo mis hombros.
-¿Un gato?
Frunciendo la nariz y mordisqueándome una uña, niego con la cabeza.
-Odio los gatos, nadie quiere a los gatos en mi casa -digo entre dientes-. Es un perro, una nena más precisamente.
Lo veo sonreír, pero no responde. Nos quedamos en silencio observándonos hasta que aparto la mirada para analizarme las uñas buscando algo en lo que concentrar mi atención porque ni siquiera sé sobre qué puedo hablarle. Se aclara la garganta haciendo que alce la mirada hasta él y apretando los labios juntos le regalo una leve sonrisa.
-¿Y cómo se llama?
-Sammy -susurro. Vuelve a sonreírme levemente-. ¿Quieres verla?
Asiente cautelosamente. Me pongo de pie de prisa y corro hacia la plata baja en busca de la pequeña Sammy, Matu pega un grito de sorpresa cuando elevo a la perra en el aire por encima de su cabeza para llevarla a mi habitación.
-Ya te la regreso.
-Okay -dice en un cantito.
Subo las escaleras más calmada para no asustar a mi pequeña bola de pelos marrón y cierro la puerta de la habitación tras mis pasos. Me siento delante de la computadora para encontrarme la habitación de Julian de la casa vacía.
-¿Julian? -Lo llamo tranquilamente.
Nadie responde.
Acaricio a Sammy, quien me observa desde mi regazo alzando sus ojos y cerrándolos cuando paso mi mano cerca de sus pestañas. Sonrío cuando bosteza y se acomoda para echarse una siesta.
-¡Hey, Julian! -Lo llamo un poco más alto.
El silencio en la casa del otro lado es absolutamente sepulcral. Hago la silla hacia atrás para que Sammy tenga más espacio para acomodarse y le hablo por lo bajo susurrándole que es hermosa, que es mi pequeña princesa y que voy a quererla siempre.
-Disculpa, papá me necesitaba -su voz hace que pegue un salto de sorpresa haciéndolo reír.
-Descuida. -Fingiendo una sonrisa, pongo a Sammy frente a la cámara-. Julian, ella es Sammy. Sammy, él es Julian.
Julian agita su mano en el aire como si la mascota realmente comprendiera de qué va la cosa y le regala una sonrisa.
-Es hermosa.
-Te lo he dicho -digo emocionada.
Su sonrisa se siente más lejana aún. Frunzo el ceño dejando a Sammy nuevamente en mi regazo, Matu entra cantando a todo pulmón una canción en inglés, o eso creo porque no tiene pronunciación alguna.
-¡Vengo en busca de mi hija!
Le tiendo a la perra y él la toma al instante.
-¡Hola, Matu! -Dice Julian al otro lado de la cámara-. ¿Qué onda, amigo?
Matu deja a la perra en el suelo y se inclina frente a la cámara para saludar a Julian gritándole porque cree que no lo escucha. Y luego de hablarle sobre tres mil cosas a la vez, de las que estoy segura que Julian no ha comprendido nada, agita su mano de un lado al otro antes de tomar a Sammy entre sus brazos y salir de mi habitación dejándome a solas con Julian.
-Está un poco loco. -Señalo en dirección a mi puerta.
Nuevamente Julian me sonríe distante, ruedo los ojos.
-¿Qué ha sido eso? -Pregunta achicando los ojos.
-Estás distinto.
-¿Distinto?
Asiento levemente.
-Tu sonrisa, tu mirada, tus palabras. Es que ni siquiera me has hablado realmente -susurro consternada-. Es aburrido.
Alza sus cejas un poco y luego se frota los ojos.
-Estoy cansado nada más.
-Ve a dormir -digo sabiendo que si seguimos así mi corazón va a partirse en miles de pedazos-. Hablamos mañana si tú quieres.
-Claro que quiero, nena -murmura.
Poso una mano en mi frente y la quito como si de un saludo se tratara. Su sonrisa distante se asoma una vez más haciendo que mi corazón se estruje lenta y dolorosamente. Me saluda de la misma manera.
-Te amo -digo en un cantito.
-Yo a ti, princesa.
La llamada se corta, cierro la computadora y apoyo la frente en el borde del escritorio de madera cerrando los ojos como si quisiera apagarme del mismo modo en que mi portátil lo ha hecho, suspiro. Sus ojos perdidos resuenan en mi cabeza y su sonrisa vacía hace que mi corazón se remueva de tristeza, me enderezo en la silla para suspira sonoramente. ¿Qué está ocurriendo con mi chico?
Y me meto en la cama pensando en que no es él con quien estaba hablando, no es él quien me dice que me ama, estaba hablándome como una maquina en modo automático, es eso lo que hace que me estómago de giros y no de alegría. Sostengo la sábana en un puño cerrando los ojos anhelando tenerlo cerca, sé que debería responderle a Luci o Cele, pero sólo quiero dormir hasta que Julian haya vuelto y todo esté absolutamente en su normalidad, como siempre.
"Estoy contenta de haberte visto, Ju" De: Oriana. Para: Julian.
El móvil vibra al instante.
"Yo también lo estoy, nena" De: Julian. Para: Oriana.
Me duele notar hasta en mensajes la distancia entre nosotros.
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Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINAR
RomanceNO ESTÁ TERMINADA. POR AHORA SE CANCELA LA HISTORIA; NO LA VOY A SEGUIR. POR FAVOR, NO SE QUEJEN SI IGUAL DECIDEN LEERLA. GRACIAS. Ella se ve fría, pero no lo es, en realidad es muy dulce y tierna. Solo tiene miedo que la lastimen. ADAPTADA