Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINAR

Capítulo 14 (Segunda temporada)

 "A veces tienes que arriesgarte... y confiar."

—¿Qué dices si vamos a la fiesta de Lexi mañana por la noche?

La mano de Julian se cierra sobre la mía apenas cierro mi taquilla. Me atrae hacia sí observando directo a mis ojos. Aparto la mirada cuando niego.

—Oye.

—No, Julian, no quiero.

—¿Vas a vivir encerrada?

Alzo la vista como si el techo del colegio tuviera la respuesta y luego asiento.

—Oriana, ¿por favor?

—Ve tú.

—¿Solo? No, estás loca.

Técnicamente, estoy loca en serio.

Cele llega por detrás de Julian corriendo y se abalanza sobre mí. Julian retrocede dos pasos cuando suelta mi mano. Apoyo mis manos sobre los hombros de Cele.

—¿Qué ocurre?

Julian, con sus ojos bien abiertos, se apoya en las taquillas a su costado y bufa.

—Saqué una A en matemáticas.

Ruedo los ojos y mi ceño se frunce.

—Estúpida, me asusté. —La empujo para alejarla de mí—. No vuelvas a hacer aquello.

Cele ríe apoyando su espalda sobre mi taquilla.

—¿Y? ¿Éste ya terminó con la zorra?

—Cele —murmuro intentando no reír.

Julian la fulmina con la mirada.

—No estaba de novio, primero. Segundo, tú no tienes porqué meterte en mi vida.

—Oh, bueno, campeón. Tranquilo, ¿eh?

Sonrío divertida, pero luego me arrepiento cuando Julian me regala una sonrisa no tan amistosa.

—Solo pregunto porque a Oriana le gustas y ella no va a...

—¡Cele! —Mi mano se ve golpeando su brazo de repente.

Julian ríe, Cele se soba el antebrazo con una mirada de "¿qué hice de malo?".

—Disculpa —susurra adolorida.

Julian alza una ceja en mi dirección.

—Pensé que sí te gustaba —dice ella por lo bajo.

—Celeste, mi vida, Julian sigue ahí y puede oírte.

Cele junta sus dientes y le sonríe a Julian como si fuera una nena pequeña. Vuelve a verme y rueda los ojos.

—¿Cele? —Pregunta Julian.

Cuando soy capaz de pensar, Julian está a mi lado, entre Cele y yo, con una de sus manos sobre mi hombro. Cele lo mira y le sonríe con los labios apretados.

—¿Sales? ¿Así de fiesta?

Cele frunce el ceño y me da una fugaz mirada antes de ver a mi chico con los brazos cruzados sobre su pecho.

—¿A bailar? ¿Reuniones? Claro que salgo.

—Oh, ¿ves? Ella sale, Ori —me dice Julian.

—¿Tú no?

Ruedo los ojos.

—No me gusta, ya basta, Serrano.

—¿Qué? Es lo mejor de la vida, Ori. Deberías salir conmigo.