"Peace"
Oriana.
Suspiro una vez más antes de abandonar el baño y en vez de dirigirme al salón corro en dirección a la salida y me escapo. No recuerdo cuándo dejó de importarme el instituto, los estudios y todo a mi alrededor, ni siquiera sé porqué no me preocupa el hecho de que llevo perdiendo clases como si nada. Así que enfilo hacia mi casa con pasos largos, decididos y fuertes, respirando profundo para no abandonarme al llanto que punza en mis ojos por escapar y ser liberado de una buena vez. Todo lo que ocurrió, Julián salió lastimado por culpa mía y no puedo permitir aquello. No me daba una idea de lo importante que era él hasta que supe lo mucho que estaba sufriendo a causa de mis problemas, y estoy completamente decidida a cambiar con tal de no verlo jamás de esa manera.
Las hojas de los árboles comenzaron a moverse con la suave brisa en el momento en que tiro la mochila al suelo y me siento al borde de la calle dejando que la angustia se exprese en forma de pequeñas gotas saladas que ruedan por mi mejillas divertidas por haber salido. Suspiro, me seco los ojos con las mangas de la campera y los cierro, vuelvo a respirar profundo esperando que eso limpie el dolor por completo, pero fracaso y vuelvo a abandonarme al llanto de la manera más idiota posible.
Jamás había sido capaz de llorar en un espacio público y sé que no puedo volver a casa así, así que decido ir al lugar que más paz me transmite. El césped verde, el viento soplando todo aquello que se pueda mover de manera libre y exagerada, las flores agitándose al compás y mis ojos repletos en lágrimas. Las pálidas lápidas se extienden por todo el prado, las personas dispersas por distintos lugares llorando a sus seres queridos de forma angustiante.
Y allí estoy yo, sentada con las manos en mi regazo viendo el nombre de mi padre y las dos fechas que marcaron su paso por este mundo. Me siento feliz de saber que no se encuentra en un cementerio deprimente, aunque por otro lado sé que pagamos exageradamente mucho para que esté en un lugar "paradisíaco" como éste y es que mi mamá no quiere tenerlo en cualquier lado, sino aquí, alejado de todo, en paz y donde podamos visitarlo sin tener que estar esquivando cruces y placas desmoronadas que lo único que inspiran es ganas de suicidarse.
-Hola .murmuro, acariciando su nombre-. Es la primera vez que vengo aquí sola, no sé por qué te cuento si ya lo sabes -sonrío como si estuviera viéndome y tiro la mochila a un costado para recostarme en el césped-. Papá, te extraño demasiado.
El viento acaricia mis mejillas perladas en lágrimas haciendo que un escalofrío me estremezca de manera exagerada. Cierro los ojos.
-Hace mucho no venía a visitarte, disculpa -digo, sabiendo que quizá alguien pueda escucharme, pero realmente es lo que menos me importa-. Comenzaba a sentir que tú querías que viniera, aparte de que yo quería venir porque necesito hablar contigo.
Suspiro, me deprime saber que cualquier persona normal le pediría a su papá ir por una taza de café para hablar tranquilos y lo que yo hago es hablarle a una lápida donde está escrito su nombre, y que bajo tierra se encuentra el cuerpo sin vida de quien fue el hombre que más amé en mi vida. Sacudo la cabeza para dejar de pensar.
-He peleado con Julián, mamá no se encuentra del todo bien, Luca sigue dando problemas y Matu hace lo que puede. No tienes idea de lo mucho que se te extraña en casa, es increíble la falta que nos haces -Tomo aire para dejar de llorar-. Deberías explicarme cuál fue la razón por la que nos dejaste.
A veces me enojo, a veces lo peleo, a veces quiero golpearlo por ser tan idiota y haberse ido de ese modo sabiendo que lo necesitamos aquí más que en el cielo y que nunca podremos superar lo que supuso perderlo en carne y hueso. Es increíble que Dios nos arrancara de aquí de esa manera tan sorprendente, que de un día para otro ya no tenía un papá, no tenía esa figura que me retaba si hacía las cosas mal y me premiaba si las hacía bien, que nos mandaba al infierno cuando estaba de mal humor y nos sacaba de paseo cuando estaba de buen humor. A veces lo quiero y otras lo odio, a veces le grito que vuelva y me abandono al llanto cuando sé que no es posible. Y cuando entro en razón me doy cuenta que todo es en vano, que llorar no sirve de nada más que para aliviar el nudo en la garganta, que gritarle al mundo que me lo devuelva no sirve porque él jamás va a volver, que odiarlo y decirle que es un idiota por haberse ido tampoco sirve porque ni siquiera fue su culpa. Y comprendo que todo pasa por un razón , aunque nada en el mundo pueda justificar el habernos arrancado a él que tanta falta nos hace. Dios no tiene la culpa, Dios lo necesita a su lado y dicen que las mejores personas son las primeras en abandonar la Tierra porque en el Cielo hacen mucha más falta. Pero yo lo necesito aquí porque esto duele como el infierno, nunca se detiene, nunca se va el nudo de la garganta y jamás en la vida va a dejar de arder mi corazón cada vez que veo una sonrisa paternal. Jamás podré superar lo que supone pasar el resto de mi vida sin él.
-Voy a cambiar, ¿sabes? Creo que Julián necesita a alguien mejor en su vida, pero soy demasiado egoísta como para dejarlo ir y a la vez me siento una idiota por no poder darle lo que merece. Sé que quizá no entiendes, pero él sufre por mi culpa y no quiero eso, así que voy a dejar mis malos hábitos por él, voy a ser mejor persona, es una... una... promesa, no lo sé. No me gustan las promesas, papá -admito en voz baja-. Tienes tierra, ¿acaso no limpian nada aquí? -paso la mano por la placa para deshacerme del polvo sobre su nombre y luego suspiro-. Voy a decirle a mamá que venga, te lo juro. Es que está muy ocupada con el trabajo y el trabajo que supone Luca. Me gustaría mucho si pudieras hacer que algo cambie en él, que de una buena vez se dé cuenta de lo idiota que está siendo.
Río por lo bajo y vuelvo a sentarme mientras me seco las mejillas, suspiro mirando a mi alrededor y no encuentro a nadie a la redonda. Poso la mano sobre la lápida y observo el cielo.
-Gracias por cuidarme anoche. Gracias por ayudarme a avanzar de a poco. Y perdón si te fallo, no siempre sé qué debo hacer, pero voy a esforzarme para cambiar. Te amo, ¿vale? Sigue cuidándome mucho, así como siempre haces.
Me inclino para besar su nombre, me cuelgo la mochila al hombro y le echo una última mirada a las rosas rojas que le he dejado a un costado antes de echarme a caminar hacia la salida. Las lágrimas ya no se escapan y de repente me siento mucho más aliviada al haber podido sacar todo de adentro, de poder haber hablado con él aunque sea decirle las cosas porque siempre sé que no va a responder, pero estoy convencida que me escucha y me comprende porque luego me siento protegida.
"¿Tienes tiempo? ¿Puedo llamarte?" De: Cele. Para: Oriana.
Vuelvo a meter el móvil al bolsillo porque lo que menos quiero es tener más problemas, necesito estar sola, respirar y que me dejen de inundar de cosas que no sé cómo solucionar.
Para cuando llego a casa es hora de almorzar y Mateo me recibe con un gran abrazo que me derrite por completo, se lo devuelvo girándolo por toda la sala hasta que se marea y se tira al suelo riéndose por el hecho de no poder caminar sin chocarse las paredes. Beso a mi mamá en la mejilla y subo las escaleras con el aviso de que en cinco minutos estará la comida y e toca preparar la mesa. No voy a decirle a mi mamá que estuve visitando a papá y menos que peleé con Julián, me siento en la cama y reviso el móvil para darme cuenta que nadie me ha mandado nada anque sé que tengo que responderle a Celeste el mensaje anterior.
"Hablamos mañana en el instituto, disculpa" De: Oriana. Para: Cele.
Bajo las escaleras cuando mamá me llama y decido bloquear todo tipo de pensamiento que me lleve a querer lastimarme de nuevo.
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Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINAR
RomansaNO ESTÁ TERMINADA. POR AHORA SE CANCELA LA HISTORIA; NO LA VOY A SEGUIR. POR FAVOR, NO SE QUEJEN SI IGUAL DECIDEN LEERLA. GRACIAS. Ella se ve fría, pero no lo es, en realidad es muy dulce y tierna. Solo tiene miedo que la lastimen. ADAPTADA