Capítulo I

481 22 13
                                    

-TETCHO-

El viento soplaba con fuerza, el paisaje desde la ventana del auto era maravillosa. El vehículo se detuvo enfrente de una casa de dos pisos con un lindo patio delantero.

Me bajé del auto junto con mi hermano menor, Kenji, y junto con mis padres. Cuando todos habíamos salido del coche nos pusimos a sacar ahora si cada uno nuestras pertenencias para empezar a desempacar.

Acabamos de mudarnos a la ciudad de Yokohama por el trabajo de mi padre, cuando a Kenji y a mí nos dieron la noticia nos costó aceptarla, pero vimos el lado positivo de poder hacer amigos en esta nueva ciudad. Entré a la casa, parecía un lugar bastante espacioso, en la planta de arriba se encontraban las habitaciones.

Kenji y yo nos subimos a la segunda planta para elegir nuestras habitaciones. El lugar contaba con cuatro habitaciones, todas igual de espaciosas y con una linda vista desde las ventanas. Después de debatirlo unos cuantos minutos, ambos elegimos nuestro respectivo cuarto, Kenji escogió uno que se encontraba al lado de las escaleras, mientras que yo elegí el más alejado de las demás habitaciones, me gustaba tener privacidad, así que me pareció buena opción.

Ambos empezamos a desempacar, la casa ya estaba amueblada, pues resulta que nuestros padres ya habían preparado una parte antes de darnos la noticia. Terminé de desempacar y me dispuse a agarrar mi celular, tumbarme en la cama y ponerme a ver alguna serie o película, con mis audífonos, claro. No pasó mucho tiempo, aproximadamente unos veinte minutos, cuando escuché la voz de mi madre llamandonos a mi y a mi hermano para cenar.

Deje mi celular a un lado y decidí bajar. Cuando por fin llegué a la cocina me encontré a Kenji ya sentado en la mesa junto con mis padres, me senté y empecé a saborear la comida preparada por mi madre.

—Me pasas el azúcar, por favor.

—Claro, cariño —Dijo mi madre para después pasarme el frasco de azúcar.

—Gracias —respondí, echando azúcar a mi tazón con arroz.

Seguimos comiendo los cuatro tranquilamente, mayormente comíamos en silencio no habían muchos temas de conversación a excepción del trabajo de mi padre.

—Hay algo que debemos decirles —habló mi padre, dejando a un lado su comida —, ya conseguimos una escuela para que asistan. Pensábamos que tardaríamos en encontrar un cupo, pero al final lo encontramos.

—¿Enserio? Eso es genial —dijo Kenji, quien ya había acabado su plato de comida.

—¿Y cuando vamos a empezar la escuela? —pregunto, restándole importancia y siguiendo comiendo mi arroz.

—La próxima semana —respondió mi madre.

Después de ahí dimos la conversación por terminada. Al terminar de comer mi hermano y yo nos fuimos a dormir para al día siguiente salir a pasear un rato y comprar ropa nueva tal vez.

◦•●◉✿ ✿◉●•◦

Al día siguiente, ambos decidimos levantarnos temprano para desayunar. Teníamos planeado visitar el centro comercial para comprar ropa o algo por el estilo. Terminamos de desayunar, nos vestimos, y salimos rumbo al centro comercial.

Al llegar visitamos varias tiendas, algunas de ropa, otras de dulces, y algunas otras de peluches y juguetes, pero la mayoría de ropa.

Nos encontrábamos sentados en una banca mientras comíamos un helado, había sido un día algo agotador, así que teníamos derecho a tomar un pequeño descanso. Estábamos degustando nuestro postre y platicando cuando observamos a un joven albino que pasaba enfrente de nosotros, este pareció tropezarse con algo tirado en el suelo, ambos al ver la escena nos levantamos para ayudarlo.

—¿Estás bien? —pregunto, ayudando al chico a levantarse.

—¡Eso no te incumbe! —respondió el albino, alejandome en un empujón.

—¡Oye! Estoy siendo amable.

—Eso no me importa —dijo para después retirarse.

—¿Que acaba de pasar? —preguntó Kenji, contemplando la escena.

—Nada... —respondo —. Nada importante.

Decidimos volver a nuestro hogar, ya estábamos cansados y nos habíamos acabado todo el dinero en las compras, así que no tuvimos otra opción. Cuando llegamos saludamos a nuestra madre, nuestro padre se encontraba trabajando.

Decidí subir a mi habitación, cerré la puerta con seguro, me puse mis audifonos, me acosté en mi cama y me puse a escuchar música. Para mi era relajante el escuchar música, al igual que me gustaba crear escenarios ficticios al escucharla.

Me relaje demasiado que no me di cuenta cuando me dormí, si de por si estaba cansado con el día que había tenido, escuchar música me hacía dormir más. Terminé cerrando mis ojos y me quedé dormido en un profundo sueño.

◦•●◉✿ 𝐶𝑂𝑁𝑇𝐼𝑁𝑈𝐴𝑅𝐴 ✿◉●•◦

Sip, ya se que estarán pensando. ¿Otra historia? Si, se me ocurrió esta idea desde hace mucho y pues al fin tuve tiempo de escribirla. Espero les guste, y no olviden dejar algún comentario para sentirme más motivado a escribir, no sólo esta historia, sino que también las otras. Bueno, nos vemos.

¿Esto... es amor? [Suegiku y Kenjikyou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora