Capítulo XLVIII

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-TETCHO-

Camino hacia la casa del padre de Jouno, lo bueno es que me aprendí el camino de memoria. Mientras camino, voy pensando en como convencer al señor ese, no puedo golpearlo ya que Jouno no me lo permitió.

Llego y estoy entre dos opciones: tocar la puerta como una persona normal ó entrar por alguna ventana como si fuera un ladrón.

Creo que la segunda opción me gusta más.

Entro por la misma ventana que Jouno y yo rompimos la última vez que visitamos este lugar. El lugar se encuentra callado, noto varias latas y botellas de cerveza tiradas en el piso, al parecer ese idiota sigue bien después del golpe que le di.

Busco al señor por toda la casa y lo encuentro acostado en el sofá con una bolsa de hielo en el ojo. Me acerco a él y hago que note mi presencia.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta mientras se levanta del sofá.

—Vengo a entregarle algo por parte de Jouno.

—Ja. ¿Es tan cobarde como para no venir?

—Su hijo no es ningún cobarde —me cruzo de brazos —. Fuí yo quien le pidió venir en su lugar.

—Bien. Entonces... ¿A qué viniste? —él se cruza de brazos.

—Quiero que firme un reporte —le extiendo el documento —. Es de su hijo.

—¿Ese inútil volvió a tener otro reporte? —agarra la hoja —. El primero que me dió tenía que haber sido el único... Si me lo llego a encontrar...

—Si piensa hacerle algo a Jouno por un simple reporte... —lo interrumpo —. Quiero que sepa que lo voy a impedir.

—Ajá. Aún no entiendo como te fijaste en el horrible de mi hijo —se apoya en la mesa en el medio de la sala.

—Jouno no es un chico horrible. Él es su hijo, no debe tratarlo como lo hizo.

—Soy su padre, yo lo trato como quiera.

—Si no iba a ser un  buen padre, mejor no hubiera andando teniendo hijos. Aunque agradezco que usted haya hecho posible que Jouno existiera.

—Yo no quería tenerlo, le dije a su madre que lo abortara pero no hizo caso.

Mi expresión cambia completamente. ¿Cómo este hijo de perra quería que abortaran a Jouno? Eso es un crimen. Creo que es muy obvio que quiero matar a este señor ahora mismo, pero decido controlarme por órdenes de mi novio.

Me vuelvo a cruzar de brazos y me lo quedo viendo seriamente, el hace lo mismo hasta que nuestras miradas se cruzan. Se nota el odio que nos tenemos a los dos, yo tengo buenas razones para odiarlo, pero no sé porque él me odia.

—¿Si lo va a firmar?

Él ladea la cabeza y mira el papel, busca un lapicero y se apoya nuevamente en la mesa para firmar, cosa que realmente me sorprende. Cuando termina me extiende el reporte, lo tomo y checo que sea su verdadera firma y, para mi sorpresa, sí lo es.

Alzo mi mirada hacia él, estoy confundido por haberme hecho caso, se supone que negaría en firmarlo y tendría que darle una buena paliza para que lo hiciera, pero no fué así...

—Me sorprende que accediera.

—No quiero pelear contigo, la otra vez me dejaste un moretón en el ojo —señala su ojo morado.

—Se lo merece —menciono —. Bueno, me tengo que ir, adiós, suegro —digo para después salir por la misma ventana por la que entré.

—¡No me llames así! —lo escucho gritar cuando termino de salir.

¿Esto... es amor? [Suegiku y Kenjikyou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora