Capítulo LVIII

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-JOUNO-

Siento el sol entrar por mi ventana, me levanto, me cambio y bajo a la sala para desayunar. No checo mi celular, aunque sé perfectamente bien que tengo varios mensajes de Tetcho.

No revisé ninguno de sus mensajes después de la otra vez, me da pena que haya tenido que decirle eso, soy alguien que se apena por todo.

Me encuentro a mi padre cocinando. Vaya, nunca pensé que haría un gran cambio, debo admitir que me sorprende bastante. Tomo asiento en la mesa y dejo mi celular a un lado, este sigue sonando.

—¿Quién te está mandando tantos mensajes? —mi papá se acerca y me deja un plato de comida enfrente.

—Es Tetcho... —agarro unos palillos y empiezo a comer el ramen que me preparó mi padre.

—Nunca pensé que hablabas en serio en no revisar sus mensajes. ¿No crees que estás siendo un poco... insensible? De seguro se siente mal por haberlo estado ignorando.

—Él sabe como soy... Dudo mucho que se sienta mal.

—Si tu lo dices.

En ese momento, escuchamos como alguien toca la puerta. ¿Quién será? No esperamos a nadie hoy, bueno, al menos yo no, pues tengo escuela, que por cierto, voy a llegar tarde si no me apuro.

Tanto mi padre como yo nos quedamos pensando en quien podría ser. Una idea se me pasa por la cabeza, pero no, dudo que sea él, por otro lado, creo que mi padre piensa lo mismo que yo, sólo que él sí piensa que puede ser él.

—Dudo que sea él —me cruzo de brazos.

—Yo creo que sí —se acerca a la puerta para abrir —. Estoy seguro de que es tu príncipe azul.

Siento mis mejillas arder por lo último, nunca lo había llamado así, y mucho menos había dicho que era mío.

Él abre la puerta, y, efectivamente, la persona que tocaba era Tetcho. Nos saluda, siento que me voltea a ver, me paralizo por unos instantes.

—Que bien que estás comiendo —suelta una pequeña risa —. ¿Quieres ir a la escuela juntos?

—C-claro...

—¿Estás bien?

—Sí... —desvío mi cabeza hacia otro lado, no sé porque, pero mi cara arde en estos momentos.

—No te preocupes, Tetcho. Sólo no esperaba tu visita, al parecer, está feliz de que hayas venido. —interviene mi padre.

—¿En serio? —voltea hacia mí, parece tener una sonrisa en su rostro.

—Quita esa sonrisa de tu rostro.

—Pero no seas tan agresivo.

—Así soy siempre.

—Oigan... Deben apurarse si quieren llegar a la escuela —nos recuerda mi papá.

—¡Si es cierto! —me levanto rápidamente de mi lugar y agarro mi mochila, movimiento que me genera un pequeño mareo.

Salgo de la casa, no sin antes despedirme de mi padre. Comienzo a caminar, dejando a Tetcho atrás.

Él me alcanza y me toma de la mano, siento mis mejillas arder por la acción, ya es costumbre sonrojarme por cosas así. Detengo mi caminata, y él aprovecha para darme un beso en la mejilla.

—Hoy te ves demasiado hermoso —alza mi mano, y la besa.

—Gracias... Supongo.

—¿Cuándo me vas a decir algo lindo? —hace un pequeño puchero.

—La otra vez te dije que te amaba. ¿Eso no es suficiente?

—Sí, pero... —rodea mi cintura con sus brazos, y me atrae hacia él, quedando cara a cara —... quisiera que me dijeras cosas así más seguido.

Rodeo su cuello con mis brazos, me pongo de puntillas y le doy un pequeño beso en la comisura del labio. Noto que se sorprende por mi acción, hasta yo me sorprendí.

Me libero de su agarre para seguir caminando, pero me vuelve a agarrar y me abraza. Intento apartarlo, y una y otra vez, pero no consigo nada.

—Tetcho... Hay que ir a la escuela.

—No quiero... —se aferra más a mí —. Quiero abrazarte para siempre.

Suelto un suspiro, cansado. La única cosa que se me ocurre es convencerlo de una manera linda, o sea, si lo trato lindo, tal vez acceda.

—Ya hay que irnos —él se niega —. Vamos, amor, por favor...

—¿Cómo me llamaste? —alza la cabeza, y utiliza una voz de niño pequeño emocionado.

—«Amor». ¿Ya nos vamos?

Él, finalmente, accede, costó demasiado hacer que aceptara, pero se logró. Aunque, cuando llegamos a la escuela, se me pegó como si fuera un chicle, hoy estuvo más cariñoso de lo habitual.

◦•●◉✿ 𝐶𝑂𝑁𝑇𝐼𝑁𝑈𝐴𝑅𝐴́ ✿◉●•◦

Perdón por la hora, es que no tenía mucha motivación para escribir.

Espero y les haya gustado. Nos vemos en otro capítulo.

¿Esto... es amor? [Suegiku y Kenjikyou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora