Capítulo XLIV

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-JOUNO-

Despierto con la mano de Tetcho en mi cintura y otra como si estuviera acariciando mi cabeza. Recuerdo lo que pasó ayer, aún tengo grabadas esas palabras en mi cabeza, mi padre solía decirme cosas así a menudo pero... ¿Por qué esta vez me duele más? De seguro es porque ya casi las estaba superando.

Siento que mi acompañante empieza a despertarse, lo sé ya que nuevamente se encuentra acariciando mi cabeza. Me da un beso en la mejilla, siento mis mejillas arder un poco, aún no me acostumbro a sus besos mañaneros.

—¿Cómo estás? —me pregunta.

—Bien, supongo.

—¿Seguro?

—Eso creo... —se acerca más a mí y me abraza por detrás.

—Quiero que sepas que, sin importar lo que sea, puedes decirme, yo siempre voy a estar para escucharte, ¿okay?

—Está bien...

Me abraza más fuerte y deja otro beso pero esta vez en mis labios. Ese pequeño beso se vuelve uno más largo e intenso. Él se coloca ensima de mí para poder besarme mejor, yo ya me he acostumbrado a estar debajo de él, siendo sincero, no me importa eso.

Rodeo su cuello con mis brazos para poder atraerlo un poco más a mí, él me agarra del rostro y hace lo mismo que yo. Nos separamos para recuperar el aire y nos volvemos a besar, hasta que en una ocasión Tetcho se aparta del beso y baja a mi cuello para morderlo.

Suelto unos pequeños gritos por las mordidas, mi piel siempre ha sido muy sensible y pues... Me duele que me muerdan, por eso Tetcho procura no morderme con fuerza. Ahora siento sus labios en mi cuello, como si lo estuviera absorbiendo, sólo espero y no me deje un chupeton, porque si hace eso lo mato.

Justo cuando empieza a bajar sus manos hacia mi camisa, somos interrumpidos por un fuerte azoton abriendo la puerta.

—¡Dejen de andarse cogiendo y bajen a desayunar! —nos grita Haruko.

—¡¿No te enseñaron a tocar?! —pregunto. No la culpo pero... No puede entrar así como así.

—Iba a tocar, pero escuché que se andaban cogiendo y pues... Es obvio que tenía que interrumpir.

—¿En esta casa ya nadie puede cogerse a su novio en paz? —Tetcho se baja de mí después de decir eso.

—No. Si yo no soy feliz con una pareja, ustedes tampoco.

—Puedes molestar a Kenji. —informo.

—Además, debes tener paciencia. Pronto llegará la indicada.

Escucho los latidos de Haruko cambiar, al igual que los de Tetcho, parece como si hubiera dicho algo que no debía. Y... Ahora que me pongo a analizar lo dicho por Tetcho... ¿Por qué dijo «la indicada»? ¿Acaso...? No... Debe ser otra cosa, ¿verdad?

Cuando estoy a punto de abrir la boca para preguntar soy interrumpido por Tetcho.

—Me refería a que ya llegará la persona indicada.

Al punto de vista de los demás eso suena bastante convincente, pero para el mío no. Yo puedo escuchar los latidos de ambos, noto que Tetcho miente y que Haruko parece ocultar algo con lo que dijo Tetcho.

¿Esto... es amor? [Suegiku y Kenjikyou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora