Capítulo LXIII

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-JOUNO-

Como normalmente, me encuentro aburrido en mi casa. Mi padre está en su trabajo, así que me tengo que quedar la mayor parte del tiempo solo.

Agarro mi celular para chacar si hay algo que me saque del aburrimiento que estoy sintiendo. Busco entre las notificaciones, y, definitivamente, hay algo que interesante: un mensaje de Tetcho.

[ Tetcho❤ ]

Oyeeeee.

Me puedes ayudar con los ejercicios de Matemáticas? Es que no
entiendo.

Por favor, amor.

Son ejercicios bastante fáciles,
idiota.

Pero te ayudaré.

En serio?!

Eres el mejor!!!

Puedo ir a tu casa para que me enseñes mejor?

Ok

Llego en unos 5-10 minutos, sí?

Está bien.

Te amo.

——————————————————

Lo dejo en visto, mentiría si dijera que no siento toda mi cara arder.

Me pongo a ordenar mi casa para que no la vea desordenada, pues no quiero que piense que soy alguien que no le gusta el órden. Trato de terminar lo más rápido posible, ya que dijo que llegaría en cinco minutos mínimo.

Pasaron, aproximadamente, unos siete minutos para que él llegara. Lo hago pasar a la sala, y nos sentamos en el sofá.

—Bien, ¿qué ejercicio no entiendes? —saco un lápiz para ayudarlo.

—Todos.

—¿Es en serio, Tetcho? —frunzo el ceño —. ¡Todos están fáciles!

—Es que es un tema que nunca entendí...

—Es sólo sacar la x, eso debiste haberlo visto en secundaria, ya estás en preparatoria, y tienes dieciocho años, debería ser algo fácil.

—¡Aún estoy pequeño! —hace un puchero.

—Ash, bien. Empecemos por el primer ejercicio —agarro su libreta —. El primer ejercicio es: 8x - 4x + 5= 205. Ahora, dime, ¿cuánto es la x?

Se queda pensando unos segundos, cuando parece tener el resultado lo dice:

—No sé.

—¡Por dios, Tetcho Suehiro! —intento no lanzarle la libreta —. Te voy a explicar —agarro mi lápiz, nuevamente, y le pongo un ejemplo, una ecuación que no está en la tarea para que no copie. Él presta atención a lo que le enseño, cosa que me sorprende —. ¿Ya entendiste?

—Creo que sí.

—Entonces, intenta resolverlo.

Escucho como comienza respondiendo el primer ejercicio, algo que es demasiado fácil. Aunque tampoco espero que lo haga bien a la primera, si lo llega a hacer, creo que tendría que darle un premio por prestar bastante atención.

—Terminé —estira su cuaderno hacia mí. Recorro la hoja con mis dedos para leer lo que escribió, cuando encuentro el resultado, me sorprende la respuesta —. ¿Y?

—Está... correcto.

—¡¿En serio?! —exclama, yo sólo asiento —. Que bien.

—Por cierto, creo que necesitas un premio por haber podido a la primera —me inclino hacia él y le doy un beso en los labios, uno que corresponde con gusto —. Ahí está tu premio —digo cuando me separo del beso.

—¿No se puede otro besito? —se acerca más a mí, pero lo detengo.

—No —en ese momento, una idea se me viene a la mente —. ¿Sabes? Si logras resolver los ejercicios correctamente a la primera, tendrás un beso, pero sólo uno por ejercicio, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —agarra su lápiz, y empieza a resolver el siguiente ejercicio.

Pasan unos segundos hasta que me da su libreta para verificar su respuesta, la checo y... está correcto, así que se gana otro beso.

Así fue consecutivamente, ahora resolvía bien todos los ejercicios a la primera, lo que le hizo ganar varios besos, besos que subían de intensidad cada ejercicio nuevo (él era quien subía la intensidad).

Llegamos al ejercicio diez, el último que había. Vuelve a resolverlo, y, nuevamente, lo tenía correctamente, así que se ganó su beso número diez hoy.

Mis labios ya están hinchados de tantos besos, pero era la única forma en que Tetcho hiciera bien los ejercicios.

El beso esta vez tuvo demasiada intensidad, pues dejé que Tetcho rebasara algunos límites, era como un premio extra por resolver todo bien. Para mi sorpresa, no rebasó muchos límites, sólo subió la intensidad, además de morderme el cuello.

—Eso dolió —menciono, frotando mi cuello.

—Perdón —empieza a darme besitos en el sitio donde me duele —. Ven aquí —me recuesta en su pecho y me abraza por la cintura.

-TETCHO-

Le doy unos pequeños besos a Jouno en la frente, se ve tan tierno que tengo ganas de jugar con sus mejillas como si fuera un niño pequeño.

Él se acurruca más en mi pecho, hunde una parte de su cabeza, y me abraza.

—Tetcho... —me llama, hago un ruido para indicarle que puede continuar —, quiero mimos —alza su cabeza, sus mejillas tienen un sonrojo bajo, pero notable.

¡Es tan tierno, carajo!

Hago lo que me pide, comienzo a hacerle algunos mimos en su cabeza. Veo el gran intento que hace para no dormirse, lo que lo hace ver cada vez más tierno.

En un momento se queda en silencio que hasta parece que ya se hubiera quedado dormido. Lo tomo del rostro para verificar si sigue despierto, y compruebo que, efectivamente, se encuentra durmiendo.

Le doy un pequeño beso en la frente, y acaricio su mejilla, lo que hace que se despierte.

—¿Qué pasa? —me pregunta, después de soltar un bostezo.

—Nada. Perdón por haberte despertado.

—No te preocupes —vuelve a acomodarse en mi pecho —. Te quiero —dice, mientras hunde, nuevamente, su cabeza en mi pecho.

Me sorprende por lo que me dice, hoy está muy cariñoso, algo que suele ser extraño. Bueno, tal vez sólo quiere demostrar afecto, tampoco lo voy a culpar por eso.

Pero me gusta que ya empieza a demostrar más lo que siente.

◦•●◉✿ 𝐶𝑂𝑁𝑇𝐼𝑁𝑈𝐴𝑅𝐴́ ✿◉●•◦

Aquí tienen un nuevo capítulo, espero y les haya gustado, porque yo no estoy muy contento con el resultado.

Bueno, nos vemos en otro capítulo.

¿Esto... es amor? [Suegiku y Kenjikyou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora