Capítulo XVIII

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-JOUNO-

Me dirijo a mi casa después de la llamada de mi padre. Me pregunto porque me llamó, tal vez sea algo importante, mientras no me quiera matar todo bien.

Llego a la entrada de mi hogar, abro la puerta con muchos nervios, siento un mal presentimiento y eso no es bueno. Cuando checo los latidos logro reconocer los de mi padre justo enfrente de mi, si antes estaba nervioso ahora lo estoy más.

—¿Por qué tardaste? —me pregunta, siento como me inspecciona con la mirada.

—Estaba... Con un amigo... —respondo tratando de disimular mis nervios.

—¿Un amigo? ¿En serio tienes amigos? —sólo asiento —. Pues son unos idiotas en ser tus amigos, eres un inútil y un bueno para nada, no eres digno de recibir cariño por parte de nadie.

Agacho la cabeza para ocultar mis lágrimas, siempre es lo mismo... Siempre me anda diciendo ese tipo de cosas, se que es verdad que nadie me quiere pero... No me lo tiene que recordar.

—Yo... —trato de decir algo pero no puedo ya que las lágrimas empiezan a salir de mis ojos.

—¡¿Ya vas a llorar?! ¡Eres muy débil! Te voy a dar razones para las que llores de verdad —me agarra del brazo y me lleva al sótano, nuevamente.

Trato de liberarme de su agarre y salir huyendo pero es imposible, no tengo nada de fuerza a comparación de mi padre. Me vuelve a tirar por las escaleras y se vuelve a ir, me pregunto con que me golpeará esta vez, sólo espero y no sea algo exagerado.

No pasan ni cinco minutos cuando oigo que ha vuelto, trato de escuchar si trae algo en las manos y... No logro escuchar nada, tal vez sea una cosa que no hace ruido.

—Ahora si vas a ver —dice, escuchó como prende un encendedor, esto no va por buen camino.

—¡Espera! ¿Qué vas a hacer?

—Voy a acabar con tu vida de una vez, como lo hice con tu madre —siento como me agarra del brazo y me jala hacia él, escucho que abre un tanque de algo y al percibir el olor noto que es gasolina.

—¡No lo hagas, por favor! ¡No quiero morir! —trato de liberarme de él, pero es imposible.

Siento como me da un golpe en la cabeza bastante fuerte. Vuelve a insultarme pero esta vez no logro escuchar muy bien lo que dice. Me vuelve a jalar, siento que ya no doy más pero... Algo se me viene a la mente, y ese alguien es Tetcho, él siempre me ha mostrado cariño, nunca me ha abandonado y... Aunque no quiero admitirlo... Lo quiero, aunque sea un idiota.

Ni yo se como logré ganar fuerza para golpearlo, le doy un puñetazo en la cara y trato de escapar del lugar. Se queda inconsciente por un momento mientras yo intento abrir la puerta pero... Está cerrada. Escucho que se levanta y es cuando me doy cuenta de que estoy muerto.

Estoy a punto de rendirme pero no lo hago, trato de romper la puerta con las pocas fuerzas que tengo, tal vez parezca inútil pero puede funcionar. Siento como mi padre se va acercando más a mi y aumento la fuerza para derrumbar la puerta y, para sorpresa de ambos, lo consigo.

Salgo corriendo a la puerta principal pero esta también está cerrada y es un material muy difícil de romper. Subo las escaleras para buscar alguna ventana abierta para salir pero todas están bloqueadas, me encierro en mi cuarto con seguro para pensar en una forma de escapar.

Trato de mantenerme en silencio para evitar ser escuchado. Después de estar pensando se me ocurre la idea de llamar a la policía, trato de buscar mi celular en el bolsillo de mi pantalón pero no lo encuentro, ¿se habrá caído? Salgo de mis pensamientos cuando escucho a mi padre justo enfrente de la puerta de mi habitación, intento hacer el mínimo sonido pero en un ligero movimiento que hago la madera del piso suena, delatandome.

—Te encontré... —intenta abrir la puerta pero no lo consigue, pues le puse seguro —¡Maldita sea! ¡Cuando logre abrir vas a ver!

Se escucha como trata de derrumbar la puerta, es de madera así que es demasiado fácil de romper así que me doy por muerto. Logra romper una buena parte, lo suficientemente grande para poder entrar y lo hace, sigo gritando intentando pedir ayuda, maldigo el momento en el que se me cayó mi celular, si no lo hubiera perdido ya hubiera llamado a la policía.

Mi padre me agarra del cuello e intenta ahorcarme, trato de impedirlo pero su fuerza es mucho mayor, empiezo a perder la coincidencia y me cuesta respirar. Me doy por vencido pero escucho un grito.

—¡Manos arriba! —dice un policía entrando al lugar, mi padre me suelta y hace lo ordenado.

—¿Llamaste... A la policía? —me pregunta en un tono bastante enojado, siendo arrestado por el oficial.

—No... —respondo con las pocas fuerzas que me quedan.

—¡Jouno! —escucho una voz llamándome y la reconozco al instante.

—¿Tetcho...?

—¡¿Estas bien?! Perdón si la policía tardó demasiado.

—¿Tu... Llamaste a la policía?

—Si... Después te explico, pero ahorita tenemos que llevarte a un hospital.

—¿Tenemos?

—¡Si! —escucho la voz de Teruko y los latidos de Tachihara, ¿acaso estoy soñando?

—¡Maldito chamaco! ¡Tuve que haberte matado desde hace mucho! —habla mi padre, intentando soltarse del agarre del policía.

—¡No le diga así! —me defiende Tetcho, ¿este está loco o que? —. Si no estuviera presente el policía y Jouno le partiría la cara.

—Inténtalo...

Siento como Tetcho se levanta de donde estaba y es detenido por Teruko y Tachihara, tratan de que no cometa alguna locura. El policía se lleva a mi padre a la patrulla y Tetcho me carga para llevarme al hospital junto con los demás.

—Teruko —la nombrada voltea a verlo —, prepara el auto.

◦•●◉✿ 𝐶𝑂𝑁𝑇𝐼𝑁𝑈𝐴𝑅𝐴́ ✿◉●•◦

Lo se, este capítulo es horrible pero a la vez no tanto. Espero y les haya gustado y por favor voten y dejen su comentario.

Nos vemos en otro capítulo.

¿Esto... es amor? [Suegiku y Kenjikyou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora