Capítulo LXXIV

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-TETCHO-

—¿En serio van a hacer eso?

Tachihara nos mira a Teruko y a mí, con un rostro de preocupación. Le contamos sobre la idea de darle una paliza a Yuan, pero no sonó muy convencido.

—Tranquilo, Tachi, sólo tienes que distraer a Jouno, nosotros nos encargamos de lo demás —dice Teruko, poniéndose unos guantes negros.

Ella sí que se está preparando demasiado bien, parece que ha esperado este día por mucho tiempo.

Lleva puesta una playera de manga larga de color negro y una de color blanco debajo de ella, también lleva una falta de color negro con unas medias del mismo color. Parece un delincuente, y esa es su intención.

Ella tuvo la idea de que el ataque a Yuan parezca un "robo", para que no nos metamos en problemas. Fué una buena sugerencia, pero mi mayor problema fue el encontrar ropa que parezca a la de un ladrón, por el lado de Teruko, parecía ya haber planeado esto desde hace tiempo.

¿Que si Jouno sabe algo de esto? Ja, ja, ja, no. No lo sabe y no lo sabrá, por eso necesitamos la distracción de Tachihara. Sé que, muy probablemente, si le digo, va a tratar de impedirlo.

Aún no entiendo porque siempre defiende a la gente que le hizo mucho daño... parece como que le gusta dar segundas oportunidades, aunque no parezca alguien que lo haga.

—¿Seguros de que Jouno no sospechará que, casualmente, le dieron una paliza a Yuan cuando ustedes no se encontraban? —se asegura nuestro amigo —. Recuerden que él no es tonto.

—Ya lo sabemos. Pero tranquilo, no lo sabrá —intento ser positivo.

—Bueno, ya estoy —informa mi amiga, quien también se puso un gorro color negro.

Esa sí que parece una ladrona.

—Bien —me acerco a ella, pero volteo a ver a Tachihara —. Confío en que vas a poder, sólo trata de no parecer nervioso, recuerda que Jou puede escuchar tus latidos.

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—Ahí está esa piruja.

Volteo hacia Teruko, quien se encuentra espiando detrás de un arbusto (en el cual nos estamos escondiendo).

—¿Crees que es un buen momento para darle la paliza?

—Siempre es un buen momento para darle una paliza a alguien, Tetcho —muestra una sonrisa maliciosa.

—Si tu lo dices...

—Tú la golpeas y yo la cuelgo del puente y la tiro al río cuando esté muerta, ¿te parece? —me voltea a ver, mientras sostiene una cuerda en su mano.

—Estás loca si crees que tú haras la mayor parte —digo —. ¿Y de dónde sacaste esa cuerda? —pregunto.

—Me la encontré por ahí —responde —. Hay que hacer esto rápido. Ahorita no hay muros en la costa, así que aprovechemos.

—Está bien.

Salimos de nuestro escondite, procurando no llamar la atención. Teruko parece estar especializada en esto, pues sabe perfectamente bien como esconderse y no ser vista.

Ser un poco enana le está sirviendo en esta ocasión.

Cuando nos acercamos un poco más a la perra esa, ella me da un palo de metal. La miro, confuso, no sé porque me está dando esto.

—Golpeala con eso —ordena Teruko —. Después, yo haré lo mismo y nos iremos.

—¿Sólo eso?

—Tampoco vamos a matarla, literalmente. No quiero ir a la cárcel, Jouno necesitará a su novio y a su mejor amiga, no los va a querer bajo las rejas.

Bueno, en eso tiene razón. Me sorprende que haya pensado en una vez en su vida, ya que, mayormente, sigue sus impulsos.

Tomo con fuerza el objeto de metal. Está pesado, pero es algo que puedo soportar. Le dedico otra mirada dudosa a mi amiga, creo que me empiezo a arrepentir.

No me malinterpreten, quiero darle la paliza, pero tengo miedo de que Jouno lo descubra y termine afectando a nuestra relación... Tengo miedo de que ya no me tenga confianza, que se enoje conmigo y... me termine.

Teruko parece notar lo que pasa por mi mente, ya que pone una mano en mi hombro y me dice:

—Tranquilo, él no se enterará —me dice con una sonrisa —. Lo conozco bien, y sé, por muy enojado que esté, no se atrevería a arruinar esa bella relación que tienen.

Sus palabras me ayudan a calmarme un poco. Asiento en señal de estar listo para lo que vamos a hacer. Ella vuelve a mostrar una sonrisa, sólo que, esta vez, es mucho más grande.

—¡Esa es la actitud! —exclama —. Ahora, a darle una paliza a esa zorra.

Yo soy el primero en ir a golperla. Cuando estoy cerca de ella, alzo el palo, pero ella se voltea provocando que me quede quieto.

«Si no me muevo, no me ve»

—¿Qué se supone que ha-? —es interrumpida, ya que alguien le da un golpe a sus espaldas.

—¡No sabes cuanto esperé esto! —Teruko sostiene el arma con la que la golpeó.

—¡Ese era mi golpe! —reclamo

—¿Q-Qué sucede...? —la tipa intenta levantarse, mira hacia arriba y me mira a los ojos —. T-Tetcho... ¿Esto es por el débil de tu novio?

Esta vez sí, le doy un golpe, dejándola inconsciente. Teruko me mira, orgullosa, mientras da unas palmaditas de emoción.

—¡Trabajo terminado! —da un salto de emoción —. Ahora, a acabar con esta perra —la agarra y la arrastra. Alzo la visto, encontrándome con que la quiere aventar al río.

—¡Espérate, Teruko!

Corro hacia ella, no permitiré que la tire...

No sin mí.

◦•●◉✿ 𝐶𝑂𝑁𝑇𝐼𝑁𝑈𝐴𝑅𝐴́ ✿◉●•◦

Aquí les traigo nuevo capítulo, espero y les haya gustado.

Nos vemos en otro capítulo.

¿Esto... es amor? [Suegiku y Kenjikyou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora