Capítulo LVII

92 4 2
                                    

-TETCHO-

Me despierto un poco adolorido, sabía que iba a tener que dormir en el piso, pero no sabía que Jouno me iba a obligar a tener que dormir una semana en él.

Hago algunos estiramientos, y volteo a ver a Jouno, quien está aún dormido. Me siento en la cama, y acaricio su cabeza para despertarlo, no se mueve, así que toca sacudirlo.

—Jouno... ya es de día. Recuerda que hoy es un día importante.

Empieza a levantarse y se sienta en la cama, parece ya estar despierto, pero se vuelve a caer de espaldas en la cama. Se ve bastante cansado, puede que sea porque ayer casi no durmió, estuvo nervioso por hoy.

Justamente, hoy es el día en el que se irá con su padre nuevamente. Intento despertarlo, pero no hace caso esta vez. Vuelvo a intentar, sólo que esta vez si habla:

—Cinco minutos más... —se tapa el rostro con las sábanas.

—Vamos, amor, por favor...

Se destapa rápidamente y se sienta de golpe. Me hago un poco para atrás por su acción, voltea hacia mí y vuelve a hablar:

—¿Cómo me llamaste? —un leve sonrojo aparece en sus mejillas.

—Te llamé «amor». ¿Qué tiene eso?

—Nada. Sólo que... nunca me habías llamado así.

—¿Acaso no te gusta que te llame así? —revuelvo su cabello —. Si no te gusta, puedo dejar de decirte así.

—No, en realidad... me gusta —lo último lo dijo un poco bajo.

—Pues bien. Es momento de alistarse. Tu padre dijo que llegaría a las diez, y son las... —checo mi celular —. ¡¿Nueve cuarenta?!

—¡¿Qué?! Y yo no me he cambiado —se baja de la cama y busca algo de ropa para ir al baño y cambiarse.

Se apura a cambiarse mientras que yo empiezo a alistarme ahí mismo, no quiero perder tiempo. Él sale después de unos minutos, se ve completamente hermoso, precioso, bello, lindo, perfecto... Bueno, creo que debo fijarme en eso después.

Se encarga de checar si empacó todo lo suyo, aunque no es demasiado. Lo noto bastante nervioso y un poco asustado, entiendo que no esté muy seguro de lo que hace, pero sé que pudo haber sido una buena decisión.

Dan las diez de la mañana, esperamos unos minutos más hasta que un coche azul se estaciona enfrente de mi casa, alguien baja de él y logro notar que es mi suegro.

—Ya llegó... —le aviso a mi novio.

—No estoy seguro de querer volver a esa casa, Tetcho...

—Pero si me dijiste que estabas seguro.

—Lo sé, pero...

No pudo terminar porque tocan la puerta, y obviamente es su padre. Abro y lo saludo, él hace lo mismo. Hasta ahorita, no me había fijado mucho en él, tiene el pelo albino como Jouno, al igual que ojos color rojo, es más alto que yo, lo cual me sorprende.

Lo dejo pasar a la casa para que salude a su hijo, lo saluda y se atreve a dirigirle la palabra a Jouno:

—¿Seguro de que estás listo? —le pregunta.

¿Esto... es amor? [Suegiku y Kenjikyou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora