Bendición

195 27 1
                                    

. . .

- Jaemin. - Jeno movió levemente al omega que estaba a su lado. - Hora de despertar.

Jaemin bufó.

- Jeno... si es otra de tus reglas de levantarse a las 5 a.m no quiero. - Jaemin se acomodó nuevamente en el hombro de Jeno.

- Jaemin, ya casi es de noche.

- ¿Qué, enserio?. - Jaemin miró hacia arriba del bote, dándose cuenta que el sol ya había empezado a bajar.

- Ya llegamos.

Jaemin bostezó.

- Jeno, estoy cansado, no puedo mover mis piernas. - Jaemin se tiró en el asiento del barco dramáticamente. - Cargame.

Un guardía apareció.

- Señor, las maletas del omega ya están siendo llevadas. - El guardía vió a Jaemin  acostado en el asiento. - ¿Está enfermo? Puedo cargarlo.

Jeno frunció el ceño hacía el guardía.

- ¿Quieres tocarlo?. - Gruñó Jeno.

El guardía palideció.

- No.. yo, ah, creo que me llaman ¡Si necesita algo llámeme!. - El guardía dió una rápida reverencia para luego salir a paso rápido del barco.

Jaemin río.

- Nono, pobrecito, lo has asustado. - Bufó Jaemin. - ¿Ahora quién va a cargarme?

Jeno se acercó a Jaemin, colocando sus manos debajo de las piernas y espalda de este, cargandolo en estiló nupcial.

- ¡Woah!. - Jaemin rápidamente abrazó a Jeno por el cuello, - ¡Avísame cuándo hagas eso! Puedo caerme.

- Mn. - Jeno tarareó en respuesta, para luego empezar su camino.

El sol estaba bajando por lo cual la luz solo duraría unos minutos, así que tenía que aprovechar el mayor tiempo posible.

La mayoría de los guardias ya se habian ido, solo dos se quedaron acompañándolos.

Mientras que el omega miraba los puestos con nísperos.

- ¡Jeno! ¡Tenemos que volver aquí luego!. - Gritó Jaemin mientras señalaba unos puestos de nísperos.

- Mañana. - Respondió Jeno. - Hoy mi familia nos espera.

Jaemin sonrió pícaramente.

- Aigo Jeno ¿Tan pronto y presentando a la familia?

- Mi madre quiere conocerte. - Habló Jeno. - Mi tío también.

- ¿Creés que les agrade?. - Jaemin reposó su cabeza en el pecho de Jeno.

- Aún así no les agrades, no voy a dejarte ir.

- ¿Vas a encadenarme Jeno? - Preguntó burlonamente Jaemin.

Jeno negó.

- ¿Entonces cómo no vas a permitir que me vaya?

- Te encerrare.. Con mis conejos.

Jaemin río fuertemente.

- ¿Tienes conejos Jeno?

- Mn.

- ¡Qué tierno! ¿Entonces comes conejo? ¡Creí que eras vegetariano!

Jeno frunció el ceño.

- No son comida. Son compañía.

Jaemin bufó.

- Compañía entonce-

Jaemin quedó pálido al ver las grandes escaleras al frente de él.

¿Te quedarás conmigo? - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora