Cachorro

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Jeno abrió la puerta de la habitación, dándole paso a Jaemin.

- Tan caballeroso Nono. - Ronroneó coquetamente el omega para luego entrar a la habitación.

La habitación era grande y a la vez agradable, el aroma a sándalo lo inundaba. Jaemin solo quería tirarse en la cama y empezar a dar vueltas, o tal vez hacer un nido.

Mientras que el omega revisaba cada lugar con una mirada curiosa, Jeno cerró la puerta de la habitación con cuidado para luego poner dos talismanes de silencio en ellas.

- ¡Nono! ¿Dónde están tus conejitos?. - Preguntó Jaemin mientras observaba por debajo de algunas mesas. - Bolas peludas vengan aquí shi shi shi.

Jeno se acercaba a paso lento al omega, quién buscaba por los alrededores a los conejitos.

- Jeno. - Suspiro Jaemin. - ¿Los conejos no están en-

El omega calló cuando sintió como el alfa reposaba su cabeza en su hombro mientras lo abrazaba por detrás.

- Jaemin.

El omega río levemente para luego levantar su mano y acariciar la cabellera del mayor.

- Oh, Jeno aún no me has mostrado tus conejos pero ya quieres llevarme a la cama. - Hablo burlonamente el omega.

- Jaemin. - Gruñó en advertencia Jeno mientras apretaba la cintura del menor. - Los conejos estan afuera.

- ¿Enserio? Bah. - Jaemin se volteo rodeándo rápidamente sus brazos en el cuello de Jeno para luego sonreír coquetamente. - Entonces llévame a la cama.

- Mn.

Jeno cargo al omega que rio al sentir que lo elevaban para luego caminar hacía la cama y acostarlo suavemente en esta.

Jaemin cayó contra la cama, era suave y las mantas eran finas. Pero antes de que pudiera hablar Jeno selló sus labios en un beso hambriento. El omega gimió en el beso mientras rodeaba sus piernas a la cintura del alfa.

Jeno movía sus labios con rapidez mientras tomaba ambas manos del omega para ponerlas sobre su cabeza, inmovilizandolo.

El alfa mordió levemente el labio del menor haciendo que éste suelte un jadeó, Jeno aprovechó para meter su lengua y pelear contra la de Jaemin.

Ambos aromas empezaron a salir, el aroma del omega se volvió dulce y embriagador. Mientras que el del alfa mostraba hambre y pasión.

Jeno dejo su agarré en las manos de Jaemin para empezar a bajar, primero trazando el cuerpo del menor que se retorcía por cada toque, para luego llegar a su trasero amasandolo.

El omega no se quedó quieto empezando a quitarse las túnicas con torpeza, pero era imposible porqué todo su cuerpo temblaba al sentir el aroma de Jeno.

Jeno se dió cuenta de las intenciones del omega, ayudándolo a desvestirse. Cuando abrió sus túnicas pudo sentir como su boca empezaba a babear. Dos botones rosados saltaron alegre ya duros, listos para ser mordidos.

No dudo ni un segundo en empezar a lamer y morder esos lindos botones mientras escuchaba como el omega gemía y se retorcía debajo de el.

Los pezones de Jaemin estaban hinchados y rojos con marcas de mordedura a su alrededor. Jeno observó satisfecho su trabajo para luego voltear rápidamente al omega haciendo que éste quedará con las caderas levantadas y su cara apoyada contra las suaves sábanas.

En un rapido jalón, bajo los pantalones de Jaemin, haciendo que las alegres nalgas del menor salieran al aire.

El agujero del omega empezaba a gotear lubricante natural, el aroma a frutos rojos se hizo más fuerte y embriagante. Jeno se relamio los labios para luego bajar entré las mejillas del omega.

¿Te quedarás conmigo? - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora