XXXII. Set me free

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Importante escuchar:

🦋Blind to You by Aimer (Taekook)

🦋Merry Chritsmas Mr. Lawrence by Ryuichi Sakamoto (Yoonmin)

🦋
DOPPELGAÄNGER

El paisaje de un Nueva York a punto de recibir la Navidad sin dudas suele ser conmovedor. Las luces en el Empire State cambian una vez más mientras un animado grupo de personas finge que la vida no presenta ninguna dificultad y se concede un pequeño descanso.

Kim Seok Jin es el principal organizador de este evento y en su fuero interno se desea buena suerte cuando la presencia de cierto detective y su acompañante colocan las miradas al final del salón. Kim Namjoon es el primero en tensarse.

Ha pasado algo de tiempo, sin embargo, su autoconciencia ha regresado para golpearlo de dentro hacia afuera y ahora no sabe cómo recibir la cálida mirada del detective Park.

—Buenas noches, Seokjinnie hyung. Por lo visto conseguiste sacar a nuestro líder de la cueva. Colócate el listón ganador por eso.

La broma de Jimin solo desconcertaba al moreno de los hoyuelos, pues a pesar de haber vivido un infierno a cuenta de sus decisiones, en el corazón del rubio no existía espacio para el rencor.

—Sí, el tío Jinnie y nosotros lo conseguimos ¿Verdad papi?

Una cabecita castaña se dejó ver por encima del regazo de Namjoon y Jimin no pudo evitar sonreír al descubrir a la pequeña Amy Kim y sus curiosos ojos marrones. Esa misma sonrisa que conseguía convertir en dos tiernas ranuras sus ojos continuó por un unos minutos más.

Del otro extremo del salón Lee Taemin acababa de llegar nada más y nada menos que en compañía de cierta escritora que Yoongi reconoció inmediatamente.

—No me digas que es lo que estoy pensando. Tu amigo no puede quedarse con las manos en su lugar…

Consiguió murmurar Min, interrumpiendo la conversación que versaba sobre plastilinas y materiales de dibujo, entre su chico y los hijos de Namjoon.

Jimin localizó a la pareja a la que le tomaban los abrigos y su inquisitiva inspección reparó en cómo Taemin colocaba una mano en la espalda baja de ella para guiarle a la mesa que debían ocupar.

Un gesto que el propio Yoongi usaba muchas veces con su persona, o que él había empleado alguna vez para demostrar protección y sobre todo gusto.

—Después te irritas cuando te digo que sí es tu familia. Cambia esa cara de hermano ofendido. Ambos son adultos, saben lo que hacen…

—Sí, claro. Solo digo que tu amiguito no podrá salir tan fácil de esta. Se le nota la desesperación en la mirada y por si fuera poco ella es una Ezra. Créeme bebé, existe una buena razón por la cual me esfuerzo el doble por borrar mi presencia en ese árbol genealógico.

—Yoonie… quién sería el bebé aquí sacando tales conclusiones. Dales un respiro y disfruta la noche.

Un beso en las mejillas de Yoongi fue la excusa perfecta para dejarlo pensativo. Ese gesto o el hecho de que Jeon Jungkook regresara de la barra para saludar al detective con un efusivo abrazo, sin perder el tiempo para observar al doctor y molestarlo, terminó de colocar la guinda del pastel. El pelinegro más joven sonrió.

—Por un instante pensé que me dejarían solo con Tae y Hoseok.

—Ni que fuera un martirio, además están estas ternuritas aquí para hacerlo todo mejor. Los hijos del líder son un amor.

Jungkook aún no sabía cómo Jimin podía ser tan reflexivo teniendo en cuenta que el padre de los niños Kim le había convertido su vida en un infierno en los últimos meses. Ya fuera por envidia profesional, manipulación externa o su propia iniciativa, Nam Joon se había comportado como la piedra de su zapato.

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