El incesante sonido de la alarma cortó la tranquila melodía del sueño, arrancándome de un reposo que se resistía a abandonarme. Mi mano se movió instintivamente hacia la mesita de noche en un intento de silenciar el ruido irritante, pero mi esfuerzo resultó inútil.
Con un suspiro de molestia, me incorporé, resignándome al hecho de que la jornada había comenzado. El reloj marcaba una hora aún temprana, y la lista de mis pendientes del día eran bastante larga.
Entre bostezos, inicié mi rutina matutina mientras repasaba mentalmente la agenda del día. Al buscar mi zapatilla izquierda no la encontré por mi habitación por lo que pase mi búsqueda a la sala donde la encontré, mis ojos se toparon con algo inusual. Mi collar yacía abandonado cerca del sillón de la sala.
— ¿Cómo llegaste hasta aquí? — musité en voz baja, más para mí misma que para alguien más, mientras recogía el collar y lo guardaba en el bolsillo de mi pantalón. La pregunta quedó suspendida en el aire, sin una respuesta clara que pudiera explicar la presencia del amuleto fuera de su lugar habitual el cual era en una cajita bajo llave.
Corrí hacia mi habitación y tomé mi mochila, consciente de que el tiempo se me acababa.
Llegué a la escuela ligeramente fatigada, pero logré llegar a tiempo para mi primera clase. En el umbral del edificio, una figura conocida se lanzó sobre mí, envolviendome en un abrazo reconfortante, Era Ivory, una de mis amigas más cercana.
— Nuestra querida Lottie, ¿Cómo estuvo tu mañana? — preguntó mientras se separaba de mí.
— Ivory, ¿Qué haces aquí? — cuestioné, desconcertada, ya que sus clases eran en otro edificio el cual estaba al otro lado de la escuela.
— Vine a buscar a Zion, tengo unos asuntos que discutir con él. Además, como se la pasó pegado a ti pensé que podría encontrar con más facilidad — explicó, buscando a su alrededor al mencionado.
— Acabo de llegar, por lo cual no lo he visto — respondí, y en ese instante, otro abrazo me tomó por sorpresa.
—¿Me llamaban?— dijo Zion mientras se dirigió a Ivory, estos se mantuvieron en silencio con las miradas fijas en el otro. Una dinámica que, aunque peculiar, ya no me sorprendía. Parecía que hablaban telepáticamente en esos momentos, así que decidí que era mi oportunidad de escapar. Me escabullí hasta mi respectivo salón de clases, afortunadamente antes de la llegada del profesor.
Me dirigí a sentarme al lado de Leora, mi otra amiga.
—Llegas tarde, Lottie. ¿Pesadillas otra vez? —mencionó con delicadeza, como si ya conociera la respuesta. Todos en mi grupo de amigos sabían de mi problema con el sueño debido a las persistentes pesadillas.
—Más o menos. Agrégale que Zion y Ivory me atraparon al llegar —mencioné mientras buscaba lo que necesitaría para la clase.
—Cierto escuche sus voces —dijo Leora mientras miraba hacia la puerta.
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El Encanto Perdido
WerewolfEn el seno de la prestigiosa familia de hechiceros Valencia, Nació un par de mellizos los cuales en sus venas fluía la antigua magia ancestral. Sin embargo, la felicidad efímera de los Valencia se ve truncada cuando una bruja malvada, envidiosa de s...