Capítulo 36

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Solté un pequeño grito de sorpresa, casi dejando caer el cigarrillo

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Solté un pequeño grito de sorpresa, casi dejando caer el cigarrillo. Me giré rápidamente para ver a Alexandre entrando en mi habitación.

—Hermano... ¿Qué lindo clima no? —dije tratando de desviar la atención, Alexandre alzó una ceja, claramente no convencido.

—Está nevando.

—Bah, atrapada —admití con una sonrisa culpable

—Hablaremos de esto después señorita, ahora necesito que vayamos a un lugar—desaparecí con magia todos los cigarrillos y lo seguí hasta el pasillo.

Bajamos hasta la planta de abajo hasta llegar a una puerta vieja en un extraño pasillo que nunca había visto.

—¿Dónde están todos? —pregunte al no ver a nadie, ni escuchar nada.

—Abajo— respondió Alexandre, abriendo la puerta con un crujido.

Esto parece una película de terror.

Lo seguí por las escaleras que descendían hacia una habitación subterránea, las paredes estaban hechas de roca, toscamente labradas y cubiertas de humedad.

—¿Esto es por el círculo mágico? —él solo asintió en respuesta, estábamos bajando con cuidado por las escaleras cuando resbale. Alexandre reaccionó rápidamente, sujetándome del brazo antes de que pudiera caer.

—Cuidado, lottie.

Finalmente, llegamos al fondo de las escaleras. La habitación subterránea estaba iluminada por antorchas en las paredes y una lámpara de aceite en el centro. En medio de la habitación había un gran círculo dibujado con distintas runas y dibujos.

—Saben, las familias normales celebran año nuevo un poco diferente—dije al acercarme a mis padres.

Papá solo rio ante mi comentario, mamá solo me dio un breve abrazo.

Observé a mi alrededor, notando como solo estaban todos a excepción de clarissa y sus hijas.

Eso explicaba él porque estaba en su hogar.

—Mocosos colóquense en cada extremo —indico el abuelo

Camine hasta quedar en un extremo justo al lado de kaiser y al lado de lysander dejando a Alexandre frente a mí.

—Exactamente ¿qué tenemos que hacer? —mire al suelo en donde estaba dibujado varias formas extrañas alrededor de un gran círculo.

—Deben dar exactamente las doce en punto—dijo kaiser.

—Para eso faltan tres horas, no me digan que vamos a estar aquí todo ese tiempo—mire hacia el abuelo el cual solo asintió.

—Mejor vete acomodando en tu lugar, estaremos aquí las últimas tres horas—comentó lysander con gracia.

El Encanto PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora