Capítulo 22

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Después de unas horas, la puerta se abrió de nuevo, revelando a la misma mujer

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Después de unas horas, la puerta se abrió de nuevo, revelando a la misma mujer.

¿no se cansa de atormentarme?.

Su mirada era fría mientras se acercaba a donde me encontraba. Me preparé para lo peor, pero en lugar de atacarme, simplemente me observó con una expresión indescifrable. Me sentí como un animal acorralado, después de un momento de silencio tenso, finalmente habló.

—tu tiempo se terminó.

Me quedé mirando a la mujer, sin comprender completamente lo que acababa de decir. ¿Mi tiempo se había terminado? ¿Qué significaba eso exactamente?.

Antes de que pudiera hacer más preguntas, La mujer me levantó del suelo, agarrándome del cuello de la camisa con una fuerza sorprendente. Su mirada fría se clavó en la mía sabía que me dañaría a continuación así que con rapidez tomé la daga que había guardado y se la clavé en el cuello.

La mujer se apartó de mí, llevándose una mano al cuello donde la daga había penetrado. Para mi sorpresa, la herida se cerró rápidamente, revelando una piel sin rastro de la lesión. Su mirada fría pasó a molesta en segundos.

—Estás muerta, maldita— siseo con enojo.

—Vete a la mierda— escupí con molestia.

La mujer se lanzó hacia mí, y aunque traté de alejarme, mis heridas y la cadena que me ataba me lo impidieron. Sentí su mano fría agarrarme del brazo, su fuerza era abrumadora.

Trate de zafarme de su agarre, El fuerte sonido en la puerta nos interrumpió, y la mujer se detuvo en su intento de agarrarme. Me alejé de ella, pero antes de que pudiera escapar, ella volteó su mirada hacia mí y, con un movimiento rápido, tomó por error el collar que llevaba puesto y lo rompió con facilidad.

La puerta cayó con un fuerte estruendo, mire al responsable de esto encontrándome con killian.

Nunca había sentido tanto alivio de verlo.

Sus ojos se encontraron con los míos y vi que estos eran de un dorado brillante, antes de poder reaccionar un fuerte empujón me hizo golpearme con la pared perdiendo la conciencia.

Sus ojos se encontraron con los míos y vi que estos eran de un dorado brillante, antes de poder reaccionar un fuerte empujón me hizo golpearme con la pared perdiendo la conciencia

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El Encanto PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora