Capítulo 25

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—Es imposible que alguien haya lanzado esto, todo el alrededor de la casa está protegido, nadie entra si yo no lo siento— la molestia era palpable en la voz de papá, su mirada cayó en mí y parece que noto algo que yo no había notado

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—Es imposible que alguien haya lanzado esto, todo el alrededor de la casa está protegido, nadie entra si yo no lo siento— la molestia era palpable en la voz de papá, su mirada cayó en mí y parece que noto algo que yo no había notado.

—cariño, muéstrame tu mano—dijo, note la preocupación en su voz.

Confundida, pero obediente, le extendí mi mano izquierda la cual tomó, papá levantó la manga de mi suéter dejando ver la pulsera que alaric me había dado ese mismo día.

Papá observó la pulsera con atención, su expresión se tornó oscura. Acarició la pulsera con su pulgar, como si estuviera evaluando algo más que la joya en sí.

—¿Dónde conseguiste esta pulsera, cariño? — preguntó, su tono era suave pero firme.

—Me la regaló Alaric esta mañana en la escuela— respondí— ¿Por qué? —.

Papá tomó la pulsera y la rompió sin previo aviso. Un intenso dolor me recorrió por todo el cuerpo, me tambaleó siendo sujetada por Alexandre que estaba a mi lado.

—Lo siento por eso, pero cada cuenta de esta pulsera está hecha de magia negra. Lo que está grabado en ellas estaba destinado a adherirse a ti y a causarte daño, incluso a matarte lentamente. —explicó, mientras colocaba una de sus manos en mi frente.

—es imposible..., a-alaric nunca podría hacerme daño, es mi amigo es como un hermano—Mis palabras salieron temblorosas. no podía creer lo que veía, alaric no podía hacerme esto.

¿Por qué lo haría?

Papá me miró con comprensión, pero su expresión seguía siendo seria y preocupada.

Las lágrimas comenzaron a brotar en mis ojos mientras luchaba por procesar la verdad dolorosa que se abría paso en mi mente. ¿Cómo pude haber sido tan ingenua?.

—Todo estará bien—dijo mamá, su voz llena de calma —. Vamos a asegurarnos de que estés a salvo y de que nada de esta magia oscura te afecte más.

—Lo mejor será que duermas en otra habitación, está, está llena de magia negra y debemos limpiarla —.

—puedes quedarte conmigo, pijamada—dijo lysander con emoción tratando de aliviar el tenso ambiente.

—porque tendría que quedarse contigo, ella es mi melliza ella se quedara conmigo —protestó kaiser.

—ustedes dos no peleen en un momento como este —regaño Alexandre.

Al final termine durmiendo en la habitación de lysander con un kaiser de colado y un Alexander que no quería sentirse excluido, y aunque trate de comunicarme con alaric éste nunca contestó, era como si la tierra se lo hubiera tragado.

Al final termine durmiendo en la habitación de lysander con un kaiser de colado y un Alexander que no quería sentirse excluido, y aunque trate de comunicarme con alaric éste nunca contestó, era como si la tierra se lo hubiera tragado

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El Encanto PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora